La primera mujer a la que se le ha practicado un trasplante bilateral de antebrazos y manos en el mundo (seis operaciones de este tipo realizadas previamente han tenido como receptor a un hombre), Alba Lucía C., abandonó ayer el hospital La Fe de Valencia, donde recibió el implante el pasado 30 de noviembre, tras obtener el alta médica. La mujer, de 46 años, de origen colombiano y vecina de Castellón, aseguró al salir del centro hospitalario que se encontraba "muy bien" y que su recuperación es "enormemente satisfactoria".

OPTIMISMO Los médicos comparten el optimismo respecto al restablecimiento de la paciente de la primera operación de esta índole que se efectúa en España. Alba exclamó ayer en la puerta del hospital, donde le aguardaba un grupo de periodistas, que cada día se miraba las manos y veía que aquello era "una pasada" antes de explicar que se va a entregar por completo a su recuperación. La mujer, a la que acompañaba el conseller valenciano de Sanidad, Rafael Blasco, residirá durante unos meses en Valencia para poder seguir la rehabilitación y someterse a un estricto control postoperatorio. Blasco dijo de ella que "ha demostrado tener una voluntad de hierro".

La paciente, que ha sido intervenida por el equipo de cirujanos de la Fundación Pedro Cavadas, especializado en reconstruir miembros amputados, llevaba 28 años sin manos cuando se sometió a la operación, que duró 10 horas. Alba sufrió la amputación en su país al ser víctima de una explosión en una práctica de química en el colegio.

Alba Lucía C. ha recibido unas manos de una donante más joven, pero "de raza y tamaño similar", según explicó el doctor Pedro Cavadas. Éste se desplazó el 30 de noviembre con su equipo a otra comunidad autónoma para realizar la extracción al tener noticia de la existencia de una donante compatible con la paciente que se hallaba a la espera se ser trasplantada.

Tras practicar la intervención con éxito, Cavadas auguró hace 15 días que en dos semanas la mujer trasplantada podría comenzar a realizar con las manos "los primeros movimientos activos" y que, "en cinco o seis meses", llegaría a sentir el tacto y el calor. Más adelante, en un plazo no especificado, deberá ser capaz de vestirse o bañarse.

Cavadas sostiene que "la literatura científica demuestra clarísimamente que el resultado es mucho mejor con un trasplante de manos que con cualquiera de las prótesis comercialmente disponibles en este momento". La paciente deberá tomar una medicación de por vida. Hasta ahora, los dos únicos fracasos entre los 26 trasplantes de mano conocidos en el mundo son atribuibles al abandono del tratamiento.