La resolución del contrato de la constructora OHL alargará aún más la fecha de entrada de la alta velocidad en Barcelona, hasta el punto de que esta no podrá llevarse a cabo hasta después de las elecciones generales del mes de marzo, según han explicado fuentes de la obra. Echar a la empresa de Villar Mir puede ser relativamente rápido, pero en la toma del relevo por parte de otra constructora se invertirán varios meses. No existen precedentes de una rescisión de contrato en una obra de tal importancia. Por más discrepancias que haya entre la administración y la adjudicataria, siempre se intenta antes llegar a un acuerdo porque, en caso contrario, el remedio suele ser peor que la enfermedad, y las dos partes salen perdiendo.

En esta ocasión, quien se prefigura como la sucesora de OHL, Sacyr Vallehermoso, deberá llevar a cabo en primer lugar una auditoría, y posteriormente hacerse cargo de la obra, con las subcontrataciones que sea necesarias. Otro efecto colateral de la rescisión será el largo pleito judicial.

El pasado miércoles, Magdalena Álvarez intentó convencer a Juan Miguel Villar Mir de que era mejor para ambos llegar a una rescisión por mutuo acuerdo, fórmula en la que se pactan los términos por los que la empresa abandona la obra, pero para el accionista mayoritario de OHL eso suponía reconocer su responsabilidad en el fiasco. Ayer OHL difundió un comunicado pidiendo a Fomento que aclarara su situación.