Las víctimas del secuestro y los abusos sexuales de Josef Fritzl, conocido como el "monstruo de Amstetten", han salido de la clínica en la que estaban internados desde que su caso conmocionara al mundo el pasado abril.

El abogado de la familia, Christoph Herbst, difundió hoy esta información, aunque se negó a dar cualquier otro dato más sobre el paradero de Elisabeth y de sus seis hijos, de entre 5 y 19 años, nacidos de las violaciones a las que la sometió su padre durante 24 años de encierro.

Herbst indicó que la familia ahora estaba viviendo por su cuenta y la radio pública ORF agregó que el domicilio se mantendrá en secreto para favorecer que la familia pueda empezar una nueva vida.

La familia, que estuvo separada durante años ya que tres de los hijos vivían desde poco después de nacer en la casa con Josef Fritzl y su esposa, mientras que otros tres estuvieron recluidos compartiendo cautiverio en el sótano con su madre, pudo reunirse en la clínica de Amstetten-Mauer tras ser liberados por la Policía.

Allí contaron en los ocho últimos meses con un amplio equipo de profesionales para darles apoyo, entre los que se contaban psicólogos, psicoterapeutas, neurólogos, logopedas y fisioterapeutas.

Fritzl está internado en la cárcel de Sankt Pölten en prisión preventiva y la Fiscalía pedirá para él cadena perpetua por la muerte de uno de los bebés fruto de la relación incestuosa con su hija.

El propio acusado reconoció haber quemado en la caldera de su casa los restos de su hijo-nieto fallecido poco después del parto. Fritzl también deberá responder ante la Justicia por los cargos de violación, secuestro, incesto y esclavitud.

El caso del carcelero de Amstetten conmocionó al mundo ante la tortura a la que Elisabeth fue sometida por su padre, un jubilado de 73 años, desde que el 29 de agosto de 1984 la encerrase en el sótano de su casa.