Al ministro de Fomento, José Blanco, se le ha acabado la paciencia con los controladores. Blanco achacó ayer a los altos sueldos de los 2.300 controladores aéreos el déficit de los servicios de navegación, de 300 millones, en el 2009. Reiteró que los controladores españoles cobran "casi el triple" que los británicos --con una media de 334.000 euros en el 2008-- y pese a su "excesivamente baja productividad", remarcó. También reveló que "alguno llegó a cobrar hasta 900.000 euros por acumulación de horas extras".

Blanco denunció que "no es posible que tengamos 713 controladores que cobran entre 340.000 y 540.000 euros". Por este motivo apeló a los controladores a que suscriban un "particular compromiso" con el objetivo de "racionalizar sus condiciones de trabajo" equiparándolas a sus homólogos europeos, con el objetivo de equilibrar las cuentas de AENA y ofrecer "tarifas más competitivas".

Según el ministro, solo diez de los 48 aeropuertos que gestiona Aena obtuvieron un beneficio operativo, mientras que los dos más importantes, Madrid-Barajas y el Prat en Barcelona, registraron pérdidas de 300 y 42 millones de euros, respectivamente, que en el caso del centro madrileño se elevarán a 311 millones este año, mientras que en el catalán se triplicarán hasta los 145. Además, Barajas acumula una deuda de 6.000 millones de euros y la del Prat se eleva a 1.813 millones.

El titular de Fomento explicó que el nuevo modelo de AENA separará la gestión aeroportuaria de la navegación aérea y creará "aeropuertos singulares", que contarán con la participación de comunidades autónomas, ayuntamientos y Cámaras de Comercio. Estos aeropuertos, aún por determinar, serán los que cuenten con mayor volumen de tráfico, especial complejidad de gestión y viabilidad económico-financiera, y para su gestión se crearán sociedades filiales.

LA PARTICIPACIÓN AUTONÓMICA En estas sociedades, el consejo de administración tendrá mayoría estatal, con un 51%; otro 39% se repartirá entre comunidades, ayuntamientos y Cámaras de Comercio; y el 10% restante, corresponderá a capital privado.

Mientras, la nueva sociedad Aeropuertos S.A coordinará a todas las filiales. Esta sociedad, de titularidad estatal, será controlada por el Gobierno, si bien será posible la entrada en ella del capital privado, con hasta un 30% de participación. En las sociedades filiales, las decisiones se tomarán por mayoría cualificada cuando se trate de promoción de nuevas rutas, del plan director del aeropuerto, los presupuestos de explotación y capital, y las estrategias de captación de nuevos clientes, entre otros.