La futura ley de la ciencia, que reemplazará a la vigente de 1986, acabará con las becas a los jóvenes investigadores y las sustituirá por contratos. Así se recoge en el borrador final que la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, presentará mañana a los grupos políticos en el Congreso de los Diputados. El anteproyecto, cuya elaboración se inició el otoño pasado, establece una nueva carrera científica --denominada tenure track, al más puro estilo anglosajón-- con un contrato para los más jóvenes, en formación predoctoral, acompañado de todas las prestaciones sociales.

Esta contratación inicial dará opción a un contrato indefinido a los tres años, previo paso de un examen evaluado por una instancia independiente. Sustituirá a los actuales modelos de contrato temporal Ramón y Cajal y Juan de la Cierva y al i3P (posdoctoral del Centro Superior de Investigaciones Científicas).

"Se trata de una carrera estable, basada en méritos, atractiva para los jóvenes investigadores y capaz de atraer y retener talento", explicaron fuentes del departamento que dirige Garmendia. Casualmente, el avance en la elaboración del borrador se produce una semana después de que la Federación de Jóvenes Investigadores haya convocado una marcha en Madrid para el 6 de marzo bajo el lema Investigar es invertir en futuro.

También reclaman "el diseño de una carrera en función de una planificación racional por etapas y la profesionalización digna de los estamentos del sistema científico".

Además, se facilitará la contratación de investigadores "distinguidos" a nivel internacional (extranjeros y españoles que investigan fuera) con contratos similares a los de la alta dirección en el sector privado. Esta regulación ya existe en las universidades y las agencias de investigación.

El anteproyecto prevé, asimismo, la creación de la Agencia Estatal de Financiación de la Investigación, largamente esperada y una apuesta de la ministra.