Google recibió ayer apoyos políticos y sociales de Italia y otros países por la sentencia que condenó en Milán a tres de sus ejecutivos a seis meses de cárcel por violación de la intimidad en internet, tras permitir en el año 2006 la difusión de un vídeo en el que unos escolares de Turín vejaban a un chico con síndrome de Down. Asociaciones de internautas tildaron de "absurdo" el castigo.