Alfredo Pérez Rubalcaba presentó ayer un balance de criminalidad que a cualquier ministro del Interior le gustaría exhibir. La delincuencia cayó el año pasado en España un 3,7% respecto al 2008, lo que sitúa el índice de infracciones por cada mil habitantes en el nivel más bajo desde el año 2000. Estos datos certifican que la crisis no ha provocado un aumento de los delitos, ni siquiera de los robos.

Policía Nacional y Guardia Civil investigaron 1.777.465 delitos y faltas, 80.731 menos que en el 2008. Esta evolución permitió que la tasa de criminalidad se situara en 45,8 infracciones penales por cada mil habitantes, 1,8 puntos menos que el año anterior y 6,3 puntos por debajo del máximo histórico del 2002.

DE LOS "MÁS SEGUROS" Este balance permitió al ministro situar a España entre los países "más seguros" de toda Europa, con una tasa 23,3 puntos inferior a la media europea. La diferencia sería mayor, subrayó Rubalcaba, si se excluyesen los delitos contra la seguridad vial, que se han incrementado el 163% desde el 2007. También experimentó un repunte "relativamente pequeño" la violencia machista, que subió el 2,8%, la mitad que el año anterior.

El resto de delitos cayeron casi sin excepción. Así, por ejemplo, hubo 315 asesinatos, 51 menos que en el 2008, mientras que los delitos contra el patrimonio (incluido el robo de vehículos, el robo con violencia y el robo con fuerza en viviendas) descendieron un 7,4%. En cuanto a los pequeños hurtos y las faltas por lesiones --las infracciones que más incomodan a la ciudadanía-- también decrecieron. Rubalcaba atribuyó estos indicadores a la eficacia policial y al aumento del número de efectivos policiales.

Por otra parte, CiU presentó ayer una proposición no de ley en el Congreso en la que propone la modificación del Código Penal para castigar con penas de entre 15 días y tres meses de cárcel a los delincuentes que cometan reiteradamente pequeños hurtos, tipificados como falta y no como delito.