Los vecinos afectados por la inhalación de polvo y fibras de amianto procedente de la fábrica de Uralita en Cerdanyola del Vallès (Barcelona) han logrado una sentencia que marca un antes y un después en la legislación española. Según se hizo público ayer, el juzgado de Primera Instancia número 46 de Madrid ha condenado a la empresa Uralita a indemnizar con 3.918.594,64 millones a 47 vecinos de Cerdanyola del Vallès y de Ripollet por los daños derivados de su cercanía a la fábrica que la empresa --que ha anunciado que recurrirá-- tenía entre ambas localidades.

La sentencia es pionera en España, ya que por primera vez se condena a una empresa a indemnizar a personal no vinculado profesionalmente con la producción por su incidencia medioambiental. Hasta ahora tan solo se habían reconocido las secuelas en extrabajadores y no en vecinos, como es el caso. Según el fallo, los demandantes contrajeron enfermedades vinculadas al amianto ya fuera por las emisiones de la fábrica de la que eran vecinos, por la manipulación de la ropa de trabajadores en sus domicilios o por la degradación de residuos de la fábrica.

SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN El material de Uralita, reconocido en una de sus formas más comunes como una pieza de techo ondulada de color grisáceo, se convirtió a lo largo del siglo XX en uno de los elementos más comunes en la construcción. A partir de los 50 se empezaron a detectar los primeros casos de extrabajadores afectados por dolencias respiratorias vinculadas a las fibras de amianto, unas partículas que se concentraban en el interior de la planta y que se liberaban por las ventanas. Inhalar a diario grandes cantidades de polvo fue la forma en que decenas de vecinos de Cerdanyola y Ripollet contrajeron fibrosis pulmonar, tumores en la pleura o cáncer de pulmón.

El amianto o fibrocemente se consideró ilegal a partir del año 2002, cinco años después de que la empresa echase el cierre a la planta barcelonesa. El fallo llega después de siete años de pulso judicial y de diversas sentencias que avalaban la relación de la inhalación de fibras con las enfermedades que afectaban a extrabajadores de Uralita.

Durante el proceso, la empresa alegó que siempre cumplió con las normas de seguridad laboral, así como que sus protocolos se avanzaron a la legislación española. El abogado Jordi Calvo señala que Uralita deberá abonar los casi 4 millones de indemnización a los afectados que viven, y también a los herederos de los que ya hayan fallecido.

EL RECUERDO Precisamente quien está en mente de los supervivientes que han ganado el juicio son aquellos que murieron sin saber que la enfermedad que padecían había sido causada por el amianto. "Es muy fácil acordarnos de los vivos, pero el recuerdo es para la gente que ya no está con nosotros y que por desgracia no podrán vivir la satisfacción de ver que se les da la razón", lamenta el presidente de la Asociación de Afectados por el Amianto de Cerdanyola y Ripollet, Leontí Trabalón.