La complejidad de la prevención de la violencia machista ha quedado patente, una vez más, con el 57° homicidio que por este motivo se ha producido en España. El domingo se encontraron en Tarragona los cuerpos sin vida de una mujer de 26 años y sus dos hijos, un niño de dos años y una niña de seis, que estaban enterrados con cal o yeso --hay versiones diferentes-- en la bañera del piso donde vivían. La investigación continúa aún abierta, pero todo apunta a que el autor de la matanza es el desaparecido compañero de la mujer y padre de los niños.

Algunos vecinos y el delegado del Gobierno catalán en el Campo de Tarragona, Xavier Sabaté, informaron de que la mujer volvió a acoger en su casa al presunto asesino, pese a que sobre él pesaba una orden de alejamiento por malos tratos. "La mujer solicitó en diciembre que se anulara la orden de alejamiento, pero el juez denegó la petición", explicó el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros.

"A veces la realidad supera cualquier prevención", reflexionó ayer Sabaté para explicar que, pese al control social y policial, el final fatal "se ha vuelto a producir". La mujer y los dos niños recibían ayudas y tenían un seguimiento de los servicios sociales del ayuntamiento, además del que ejercían los Mossos por mandato judicial.

LLAMADA DE ALERTA Aunque se especula con que el crimen se produjo el lunes o el martes pasado, los cuerpos se encontraron a última hora de la tarde del domingo a partir de una llamada a la policía del presidente de la asociación de vecinos de la Part Alta, José Ruiz. La entidad tiene su sede en la finca contigua a la de las víctimas y algunos vecinos se quejaron del mal olor que salía de la vivienda. La autopsia ha revelado que las víctimas fueron apuñaladas.

La orden de búsqueda del presunto homicida se ha extendido a Marruecos, país de donde son originarios tanto él como la mujer fallecida. El presunto autor del triple homicidio tiene antecedentes penales por otros delitos y había seguido tratamiento psiquiátrico en el instituto Pere Mata de Reus (Tarragona).

Algunos vecinos lo describieron ayer como "un chico agobiado y conflictivo". Otros precisaron que "tenía problemas con la bebida y los porros" y que eran frecuentes las peleas familiares. "El lunes escuchamos gritos en el piso y a los niños que lloraban", dijo una vecina.

El Consejo General del Poder Judicial informó ayer de que las extranjeras solicitaron el 34% de las 9.890 órdenes de protección presentadas en los Juzgados de Violencia sobre la Mujer en el segundo trimestre del 2010, cuando su peso es del 11,4 % de la población femenina de España. Además, el 42% de las renuncias a continuar con el procedimiento judicial fueron realizadas por inmigrantes.