Después de siglos de desigualdad para las mujeres, ¿no nos merecemos que haya un Ministerio de Igualdad durante mucho tiempo?". Este es el argumento que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, utilizó el pasado mes de marzo cuando arreciaban las críticas contra la existencia de un ministerio que, según el presidente, era "el más austero de la democracia". Siete meses después, Igualdad ha sido degradada a secretaría de Estado dependiente de Sanidad en la última crisis de Gobierno. A falta de conocer cómo queda definitivamente la estructura, ya puede afirmarse que este movimiento supondrá un ahorro de unos diez millones de euros a las arcas del Estado.

El proyecto de presupuestos para el año 2011 estipula que el ministerio que hasta ahora dirigía Bibiana Aído dispone de 100 millones de euros, un 8,8% menos que en el 2010. Sin embargo, el grueso del gasto (81 millones) irá a parar al Instituto de la Juventud, el Instituto de la Mujer y la Delegación del Gobierno contra la violencia machista, organismos que van a continuar existiendo ahora que la cartera es una secretaría de Estado.

AÍDO COBRARÁ MÁS Los 20 millones restantes se reparten en la Secretaría general de Políticas de Igualdad, que en principio va a desaparecer, y gastos corrientes y de personal que apenas se verán reducidos puesto que la secretaría de Estado que dirigirá la exministra ocupará el mismo edificio. Incluso Bibiana Aído cobrará al año 2.000 euros más que como ministra. Eso sí, tendrá que sacrificar a tres de sus asesores (que pasan de nueve a seis, tres de ellos funcionarios).

El nuevo portavoz del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que las políticas en defensa de la paridad seguirán "siendo prioritarias" para el Ejecutivo y la nueva titular de Sanidad, Igualdad y Política Social, Leire Pajín, las considera una prioridad de su cartera. Pero los colectivos de mujeres, que desde la creación del Ministerio de Igualdad presumían en el extranjero de que la lucha a favor de la igualdad de sexos se llevaba a cabo en las más altas esferas de la vida política, se sienten defraudados.

Las feministas no comparten el argumento de la austeridad. "No supone un ahorro, sino una minusvaloración", afirma la presidenta de las juristas Themis, Ángela Cerrillos. Tampoco entienden su inclusión en Sanidad y no en Presidencia, "para garantizar que se sigue haciendo una política transversal y coordinada por todos los ministerios", en opinión de la expresidenta del observatorio de la violencia machista Monserrat Comas.

Aunque no todos los colectivos se muestran tan críticos. Marisa Soleto, de la Fundación Mujeres, da un voto de confianza a la ministra Leire Pajín.