La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha detectado dos nuevos casos de legionela en la región, lo que eleva a 29 el número de diagnosticados de la enfermedad en la Comunidad de Madrid.

En una entrevista en Telemadrid, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, ha señalado que de las 29 personas diagnosticadas de legionela en la región, 21 permanecen ingresadas, seis han sido dadas de alta y están en casa con medicación y dos han fallecido por esta causa.

Lasquetty ha explicado que no se puede tomar precauciones para no contagiarse porque la legionela se contagia por la respiración y las torres de refrigeración. En este punto, ha explicado que Sanidad cuenta con 30 inspectores trabajando mañana y tarde y que, en concreto, ayer se realizaron 120 inspecciones, de manera que ya hay un acumulado de 231 instalaciones revisadas, a pesar de que el resultado del cultivo de la bacteria no estará disponible hasta el día 29.

CADENA DE SUCESOS

Por otra parte, la Comisión Técnica de la Asociación Nacional de Empresas de Frío y Refrigeración (ANEFRYC) ha calificado de "altamente improbable" la tesis que ha difundido la Consejería de Sanidad como la más factible para el contagio de los infectados del brote de legionela que apunta a la contaminación de los equipos de refrigeración y posteriormente la inhalación de gotas de agua infectadas. Por ello, ha exigido una investigación a fondo sobre el origen de los casos.

El organismo considera, que para que se produzca un brote de legionela en un equipo de refrigeración por agua y este llegue al ambiente se tiene que producir una cadena de sucesos "altamente improbable". En primer lugar, debe producirse la llegada de una colonia virulenta de legionella pneumophila a través de la red de suministro de agua y el funcionamiento del equipo en condiciones incontroladas.

Posteriormente, debe tener lugar la descarga de una corriente de aire con microgotas contaminadas en suspensión que puedan llegar hasta donde se encuentran personas, y por último, que un número suficiente de estas microgotas sean inhaladas por personas susceptibles de contraer la enfermedad.

Asimismo, sostiene que en el caso de que cualquiera de estos eslabones se rompiera, la posibilidad de la aparición de un brote sería "nula", y que para prevenir el riesgo de legionela "es suficiente romper esta cadena de sucesos".