Aunque no hay datos oficiales (y los que se dan habitualmente o están hinchados o son previos a la crisis), un rastreo subsector por subsector permite estimar que unas 80.000 personas viven de la industria del libro en España. Unos empleos que por el efecto combinado de la crisis y la piratería informática están ahora en peligro.

Dos amenazas penden sobre su futuro: que se recrudezca el descenso de las ventas de libros físicos, que oscila entre el 15% y el 20% desde el 2009 y que el grueso de los nuevos lectores digitales estén descargando sus e-books gratuitamente, no comprándolos. ¿Y qué puede pasar con estas 80.000 personas? Pues depende del ritmo de adaptación de la lectura digital, de si los editores consiguen crear un mercado legal atractivo o de si campa la piratería.