La reducción del número de asignaturas en el bachillerato y en la ESO es uno de los principales puntos de la reforma educativa que hoy llevará al Consejo de Ministros el titular de Educación, José Ignacio Wert. Como contrapartida, se dará más peso a las "materias instrumentales", como Lengua, Matemáticas y el idioma extranjero (sobre todo, Inglés). El objetivo es abrir un debate con el sector, "con diálogo y en busca del máximo consenso" según un portavoz, durante los próximos meses y llevar en otoño al Congreso el anteproyecto de la decimotercera reforma del sistema educativo.

Wert trata de responder así a una de las quejas más generalizadas de la comunidad educativa, que considera que actualmente algunos cursos de secundaria y los dos de bachillerato están inundados de asignaturas de relleno. Tercero de la ESO llega a tener hasta 13 y en otros cursos no hay menos de 10. Y en el bachillerato, hasta 12. Educación estudia la posibilidad de que, en los dos niveles educativos, los alumnos no lleguen a tener más de seis o siete.

Otro punto de la reforma será la conversión del 4° de ESO en un curso de "iniciación", con solo dos vías, hacia la Formación Profesional (FP) o el bachillerato. Wert es partidario de que incluso la vía destinada a la FP se empiece a abrir en 3° de ESO, con la elección de algunas asignaturas, como establecía para los polémicos itinerarios la ley orgánica de calidad de la educación (LOCE) aprobada por el PP en el 2002 y derogada después por el PSOE.

Pero antes de llegar a la secundaria el Gobierno quiere que los alumnos pasen una prueba de acceso en 6° de primaria, en la que demuestren que poseen los conocimientos básicos y comprenden perfectamente un texto, para evitar un futuro fracaso.

PRÁCTICAS EN EMPRESAS La reforma de la FP será otro elemento del nuevo sistema educativo. El objetivo de Wert es un modelo dual que combine la formación con las prácticas remuneradas en las empresas. Ya tiene diseñado un programa piloto que se pondrá en marcha de manera experimental en septiembre.

El nuevo modelo pretende que el porcentaje de alumnos que estudian FP (32%) aumente hasta equilibrarse con el de los de bachillerato (68%) y, sobre todo, facilitar la inserción laboral de los jóvenes, teniendo en cuenta que actualmente en torno al 50% están en paro.

La propuesta de Wert incluye el diseño de la carrera docente mediante un estatuto, una reivindicación del colectivo tan histórica y compleja que ningún Gobierno de la democracia ha osado acometer. El ministro quiere acompañarla de otra patata caliente: la profesionalización de la función directiva.