Torre de control del aeropuerto de Madrid Barajas. Cuatro y media de la tarde del pasado 17 de agosto. Se aproxima a pista el avión procedente de la ciudad sueca de Malmö que pilota Francisco Ubet. Es su último vuelo tras 34 años a los mandos. Un día muy especial en el que se encuentra con una sorpresa por la frecuencia de radio. Una canción de despedida, guitarra en mano, de los controladores aéreos con los que ha compartido su vida profesional. Un homenaje de 35 segundos de duración que le ha costado la apertura de un expediente a cinco de esos controladores, que podrían llegar a ser sancionados.

AENA está investigando estos hechos porque entiende que podrían haber afectado a la seguridad aérea. Un extremo que no es compartido por el piloto, ni tampoco por el sindicato de controladores, que pide a los responsables de la compañía que recapaciten y que entiendan una situación que comparan con el arco de agua que también tuvo el comandante Ubet en su último servicio.