Solo en Santiago de Compostela, los abuelos de Asunta tenían 14 pisos, más las casas de campo en La Coruña, Vilagarcía... sin contar con importantes ahorros de toda una vida dirigiendo uno de los despachos de abogados más importantes de Galicia. Aún así, la hija Rosario Porto, que conducía el único Mercedes 190 verde de Santiago, que celebraba los fines de año en Viena, y se escapaba de fin de semana a Nueva York, vivía ahogada en deudas. Hacía meses que no pagaba los recibos del piso en pleno centro de Santiago que había sido propiedad de sus padres y en el que vivía con su hija devolvían los recibos del agua y de la luz. Debía además varios meses de las actividades extraescolares de Asunta.

Los investigadores tratan de desenredar esa maraña económica para determinar dónde estaba el agujero que hacía que esta joven de clase acomodada, que estudió en las mejores universidades de Francia y Gran Bretaña, no pudiera pagar las clases de ballet o de piano de su hija.

Desde la madrugada del domingo, cuando dos jóvenes que salían de un club de alterne tropezaron con el cadáver de la niña, la Guardia Civil examina con detalle todo, absolutamente todo lo vinculado con la menor. Y no ha pasado desapercibido un blog que redactó, hace un año, para su asignatura de inglés. En el aparecen varias fotografías de Asunta, y en inglés, cuenta en un único párrafo la historia de una cazafantasmas de los parques de Santiago. Ese fantasma con el que habla la protagonista de su cuento es un hombre mayor que junto a su mujer murió a manos de "un hombre malo". Un relato en el que no pocos han querido ver la reacción de la niña a la muerte de sus abuelos. Pero lo que cuenta son las pruebas que desde el domingo reúne la Guardia Civil. Los análisis ya han determinado que Asunta fue sedada y después asfixiada. Fuentes de la investigación aseguraron ayer que la madre utilizó las pastillas que ella misma tomaba para dormir.