Consciente de que son muchos los que han hablado últimamente del ébola en España, pero muy pocos con fundamento y experiencia, Antonio Andreu (1960) limita sus afirmaciones a aquello que él o los científicos del centro de investigación que dirige, el Instituto de Salud Carlos III, de Madrid, han comprobado analizando y controlando día y noche la evolución vírica de los tres españoles que han sufrido la infección. Todo lo que está sucediendo en la vida y en la salud de Teresa Romero, curada de ébola en el Hospital Carlos III (sin vinculación alguna con el instituto del mismo nombre que dirige Andreu) lo describe como una enseñanza ante la que, considera, se debe aplicar humildad. Un capital de conocimiento científico que quieren ofrecer al mundo.

--¿En qué les ha cambiado, desde el punto de vista científico, el episodio de ébola en Madrid?

--Solo puedo decir una cosa: hemos aprendido muchísimo. Por primera vez en el mundo hemos podido comprobar cómo se comporta el virus a lo largo del tiempo, desde el inicio de la infección hasta su conclusión, en un paciente real. Y, por primera vez, estamos aprendiendo a gestionar un caso de ébola en el entorno sanitario de un país desarrollado. No tiene nada que ver con la forma de hacerlo en África occidental.

--¿Eso no lo sabían?

--Era imposible haber planificado una cosa así. Estamos viviendo una situación muy similar a cuando se inició la epidemia del VIH. Tenemos un sistema sanitario estructurado para atender las enfermedades de nuestro medio. Y ha aparecido un patógeno completamente nuevo.

--Pero ahora existen unos protocolos definidos.

--Sí. Pero ahora estamos viendo cómo ese protocolo se aplica en una situación real. Esto lo desconocíamos, y es muy importante, porque está generando una enorme cantidad de conocimiento y pruebas científicas que hemos de ser capaces de ofrecer a nuestros colegas de otros países. Estados Unidos y Alemania están pasando por procesos similares.

--Algunos científicos auguraron hace algunos meses que, de llegar enfermos a los países desarrollados, el índice de mortalidad del ébola sería inferior al que se registra en África.

--Eso no se puede afirmar. Fue muy atrevido decir eso. No sabemos si en Occidente el ébola es menos mortal que en África. Es una especulación.

--El entorno sanitario es distinto.

--Si, y es muy importante. Pero el virus se comporta igual que en África.

--¿Llegarán a saber cómo se ha curado Teresa Romero?

--Será muy difícil saberlo. Nos preguntan si ha sido gracias al plasma de otra enferma curada que se le administró, o si fue el antiviral. No lo sabemos. Hay que tener presente el soporte clínico que ha recibido: cada decisión ha estado consensuada, milimetrada, evaluando los riesgos. Probablemente, en la curación ha contado que es una paciente joven, con buen estado de salud, que hacía deporte y con un sistema inmunológico dotado de una capacidad de respuesta superior a la media.

--Entonces, de la curación de Romero no podrán extraer un conocimiento científico válido para el futuro.

--No. Solo tenemos un caso y sin posibilidad de contrastar con otros. Cuál fue el factor determinante en su curación, no lo sabremos nunca.

--¿Averiguarán cómo se infectó?

--No lo sé. No tengo elementos para responder. Es complicado saberlo. Hemos de asumir que no tenemos todas las respuestas sobre este episodio del ébola. Si pensamos que lo sabemos todo nos cerramos las puertas para llegar al camino adecuado. Hemos de ser humildes. No vamos a poder redactar un informe que se titule Toda la realidad científica sobre el caso Teresa Romero.

--En África, quien se salva lo consigue por su propia fortaleza.

--Eso ocurre con todas las infecciones víricas. Nadie te cura. Te salva tu sistema inmunológico, desde la gripe hasta el ébola. Pero en esa fortaleza intervienen muchos factores: genética, hábitos de vida, nutrición...

--¿Este episodio protegerá a la investigación en España?

--En lo relativo a nuestro conocimiento, sin duda. Ahora estamos en contacto continuo con equipos de virólogos de EEUU y Alemania, aunque hemos investigado al ébola desde que se inició la epidemia. Se ha iniciado un proceso de reflexión muy importante para que este país, y su sistema sanitario, estén lo mejor preparados posible por si aparecen nuevos casos. Es muy probable.

--¿Qué investigan estos días en Teresa Romero?

--Estamos asegurándonos de que el final de esta historia será feliz, que Teresa saldrá por la puerta del hospital completamente recuperada, no solo de la infección vírica sino de toda la agresión traumática que ha recibido su organismo. Este proceso nos dará una cantidad de información importantísima. Fundamental.

--Han comprobado que la sangre de Romero no contiene virus. ¿Están seguros de que no los oculta en otra parte del cuerpo?

--Teresa ha superado la infección. La evidencia científica nos dice que una vez la viremia ha desaparecido, la infección no existe. Y sobre eso hemos de trabajar. Tenemos muchos datos que nos permiten estar seguros, por ejemplo, su buena respuesta inmunológica. Teresa ha superado el ébola, lo que ocurre es que su organismo aún elimina virus.

--¿De qué forma?

--A través de determinados fluidos. Esto ya se sabía que ocurriría. Lo que desconocemos es si esos virus, o partículas víricas,