Un entrenador de baloncesto barcelonés que ha dirigido diferentes equipos infantiles catalanes ha sido condenado a un total de 64 años de prisión por haber captado a menores de edad a través de internet y, haciéndose pasar por una chica, hacerles desnudarse y masturbarse o realizar otros actos sexuales. El condenado, Miguel Rodríguez Lirio, según la sentencia, no solo satisfacía su ánimo libidinoso, sino que grababa las imágenes y las distribuía luego en la red. Al menos 15 niños y adolescentes cayeron en sus redes. Algunos eran jugadores a los que había entrenado. Un policía que intervino en la investigación expuso en el juicio que los contactos los conseguía el acusado a través de la federación catalana de baloncesto o de Facebook. Después, a través del Messenger, un programa de mensajería instantánea por internet, les grababa.

La magistrada de Barcelona María del Pilar Calvo ha condenado a Miguel Rodríguez Lirio por 15 delitos de utilización de menores con fines pornográficos, en siete casos de forma continuada; nueve delitos de amenazas; uno de difusión de pornografía infantil, y otro de posesión de este material.

En un ordenador y un disco externo se hallaron más de 3.000 fotografías que habían sido borradas y en las que aparecían menores en ropa interior o desnudos. Entre los archivos encontrados había retratos de sus víctimas, la mayoría varones. También se localizó al acusado un disco con ocho vídeos en los que aparecían niñas exhibiendo sus genitales, introduciéndose objetos o manteniendo relaciones sexuales. El trabajo de la Unidad Central de Delitos Informáticos de los Mossos ha sido vital en la investigación.

La jueza considera probado que Miguel Rodríguez Lirio, entre los años 2004 al 2010, inició una ñactividad sistemática de contactosO con usuarios de internet, todos ellos menores de edad, a los que captaba, en su gran mayoría, a través de su actividad profesional como entrenador de baloncesto. El acusado simulaba ser una chica, también menor de edad, con el fin de fomentar un clima de complicidad y amistad.

FALSA MUJER Para ganar la confianza de sus víctimas y conseguir su propósito, el imputado enviaba a muchachos fotografías de la chica que aparentaba ser, desnuda o en ropa interior. Así lograba que sus víctimas activaran la webcam, se desnudaran y realizaran actos de índole sexual, desconociendo que el acusado les estaba grabando o capturando la imagen de la pantalla. El imputado usaba apodos como Jenny, Lorenika o Marteta.

Con las imágenes obtenidas y con la finalidad de obtener nuevas, Rodríguez conminaba también a los menores a volver a hacer actos sexuales ante la webcam, amenazándoles con que si no aceptaban difundiría las fotos anteriores. La sentencia detalla los abusos del entrenador que, según la misma resolución, ha dirigido equipos en distintos colegios de la ciudad de Barcelona y localidades cercanas, como Cornellá, así como la selección catalana de cadetes y en la fecha de la investigación en la categoría sénior. Una de los menores recordó en el juicio que un amigo le pasó el contacto de una chica "simpática". Admitió que mantuvo contactos con la tal Jenny (apodo usado por el acusado) o Lorena. La muchacha le enviaba fotografías en las que aparecía desnuda. Él se quitaba la ropa y se masturbaba.