en Brasil

Más de 865.000 actuaciones clandestinas

La oenegé estadounidense Center for Reproductive Rights (CRR) señaló a Brasil como uno de los 66 países del mundo en los que las leyes contra la práctica del aborto son más estrictas. No obstante, la rigidez de su legislación no impide que cada año unas 865.000 mujeres recurran al aborto clandestino. Practicados en clínicas ilegales, que están dirigidas por mafias o, en el mejor de los casos, a través de la ingesta de medicamentos como el Cytotec o Misoprostol, un potente fármaco contra la úlcera, los abortos ilegales constituyen la quinta causa de muerte materna en Brasil, causando 154.391 intervenciones de urgencia solamente en el 2013.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada cinco mujeres brasileñas menores de 40 años ha realizado al menos un aborto en su vida, una cifra que el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), sitúa en 7,4 millones de mujeres. Esta misma semana, un diario brasileño informó de un aumento de la demanda de abortos clandestinos entre embarazadas diagnosticadas con zika por los problemas que puede padecer el feto. El interés ha disparado el precio de los abortos quirúrgicos ilegales entre los 1.200 y los 3.500 euros, un precio inasumible para la inmensa mayoría de los brasileños y que condena a las clases más humildes a ser las únicas que no tienen acceso a un costoso procedimiento. Por su parte, las clases más pudientes continuarán con la extendida práctica de realizar sus abortos de forma segura en clínicas privadas de Miami y Europa.

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