Los autocares no son una excepción. También es obligatorio llevar el cinturón abrochado en este tipo de vehículos, como lo es en turismos, furgonetas, camiones y en los asientos traseros de los taxis. Y no solo es obligatorio. La Dirección General de Tráfico (DGT) recordó ayer que es muy importante hacerlo porque en caso de accidente con vuelco, los pasajeros "salen volando" por el interior del habitáculo e incluso pueden llegar a quedar aplastados ente la carrocería y el asfalto. Esto último es lo que al parecer ocurrió en el accidente de Freginals. La mayoría de las jóvenes fallecidas no llevaba abrochado el cinturón, mientras que casi todos los supervivientes sí lo llevaban.

Los expertos coinciden en que no existe conciencia respecto a la necesidad del uso del cinturón entre los pasajeros ni en las compañías de transporte de viajeros, a pesar de que todos los buses estrenados a partir de octubre del 2007, hace ocho años y medio, lo llevan instalado obligatoriamente. A esta falta de conciencia contribuye que el autocar es un trasporte muy seguro. La probabilidad de tener un accidente es muy baja. Solo se cumple a rajatabla cuando los que viajan son menores en excursiones escolares porque entonces los responsables son los monitores y los profesores. "¿Cuantos anuncios más tenemos que poner con gente volando para que se sepa? Es una cuestión de física elemental, de Newton", se lamentaba ayer la directora general de Tráfico, María Seguí, tras admitir que es "casi imposible" vigilar que la norma se cumpla totalmente.