Son muchas las parejas que, cuando acuden a terapia, rechazan todo aquello relacionado con planificar algún encuentro sexual con su pareja. “Si lo planificamos, entonces no será espontáneo...”

Pero la espontaneidad es una trampa peligrosa. Pongamos un ejemplo:

Cristina y Ruben. Rondan la cuarentena. Tienen dos hijos de 5 y 7 años. Ambos trabajan de lunes a viernes, mañana y tarde. Entre semana disponen de poco tiempo para hacer casi nada, excepto trabajar, dedicar tiempo a sus hijos y hacer las cosas cotidianas de casa. El fin de semana es cuando aprovechan para hacer la compra, visitar a la família de ambos y hacer alguna actividad familiar.

Ruben prefeiere tener relaciones sexuales por la noche, antes de ir a dormir. Cristina le encanta aprovechar el momento de la siesta. Pero claro, entre semana... por la noche están muy cansados y no hay tiempo para hacer la siesta.

¿Agenda complicada, verdad? Así que el sexo acaba quedando reservado para algún momento del fin de semana... normalmente el sábado o domingo. No suele ser por la mañana porque cuando abren los ojos ya tienen a sus dos hijos dando brincos en su cama. Por lo que el mediodía y después de la cena se convierten en los momentos en los que “espontáneamente” surge la ocasión.

Pero, últimamente, van bastante estresados y alguna semana se han quedado sin sexo porque no han tenido tiempo o se han quedado dormidos.

Ruben echa mucho de menos esos momentos en pareja. Cristina también, perp no tanto. Después de varios meses así, dedicen acudir a terapia para ver si pueden mejorar sus relaciones sexuales.

Y cuando les proponemos que encuentren algún tiempo para estar solos, dedicar un tiempo a la pareja o, como digo yo, buscar tiempo de “novios” Ruben lo ve muy forzado.

Este caso no es aislado. Hay muchas parejas que se encuentran en esta situación y que ven forzado el encontrar tiempo paradedicarse el uno al otro. Es poco espontáneo. Pero cuando valoramos en qué momentos tienen relaciones sexuales de manera “natural”... suelen seguir un mismo patrón... y eso tampoco es nada espontáneo.

En terapia, y fuera de ella, proponemos ser agentes activos en la búsqueda del placer y de los momentos de pareja. Tener citas con la pareja, seducir, planear un encuentro, buscar canguro para que se quede con los niños, escaparse un fin de semana, besarse, buscarse, ser detallista... todas estas (y muchas otras) son cosas que se peden hacer para ayudar a mantener la llama y permitir que el sexo sea algo más que un encuentro “aparentemente espontáneo”.

Cuando una pareja empieza a salir, buscan contínuamente tiempo para estar juntos porque les apetece. Pero cuando aparece la rutina (o la monotonía) buscar tiempo para estar juntos se ve más forzado quizás porque las responsabilidades hacen que no apetezca tanto este tiempo de novios pero, al mismo tiempo, se echa de menos.

Citarse, resrevar un espacio de tiempo para estar juntos, solos, permitirá recuperar el espacio para volver a hacer el amor con calma, para dedicarse alguna que otra sonrisa, besos, abrazos, una conversación más allá de los niños...

¿No vale la pena buscar un poco de tiempo?

www.elenacrespi.com - @tarongesenceres