Alemania se encuentra aterrorizada frente al que podría ser uno de los peores asesinos en serie de su historia reciente. En el 2015 la justicia alemana condenaba a Niels H., enfermero de la localidad norteña de Oldenburg, por haber asesinado a dos de sus pacientes y haberlo intentado en otras tres ocasiones. Dos años más tarde, la policía alemana aseguró ayer que investiga el pasado de este hombre y que esa cifra podría crecer hasta las 84 víctimas.

Tras ser juzgado en el 2008 y el 2015, Niels H. fue condenado a cadena perpetua. Además de esas cinco víctimas el enfermero también hirió de gravedad a otro paciente cuando operaba en la clínica Delmenhorst. A pesar de su historial, las autoridades no han revelado su posible relación con otras muertes hasta ahora.

Tras tres años de investigación la policía señala de nuevo al asesino después de haber desenterrado los restos de hasta 134 personas que han presentado diversas conexiones con él.

Según Johann Kühme, jefe de la policía de Oldenburg, las cifras podrían ser aún más altas, ya que algunos de los muertos fueron quemados tras su defunción. «Lo que conocemos va mucho más allá de nuestra imaginación», ha asegurado.

Entre el 2003 y el 2005, el acusado y condenado admitió haber atacado alrededor de 90 pacientes. Su modus operandi se basaba en inyectarles una sustancia que les provocaba una parada cardiorrespiratoria o un colapso en la circulación. Como ha explicado el canal NDR, con ello Niels H. pretendía matar a sus pacientes para después tratar de reanimarlos y convertirse así en una especie de héroe y salvador frente al resto de sus compañeros. En la mayoría de ocasiones ese intento de heroicidad terminó en tragedia.

COLABORACIÓN EN ASESINATOS

Hasta ahora la Fiscalía ha probado la muerte de 37 personas en Delmenhorst. A estas habría que sumarles las seis muertes ya admitidas por el enfermero cuando trabajaba en la clínica Oldenburg. ¿Cómo un solo hombre pudo llevar a cabo tal masacre sin que nadie se diese cuenta? Según la oficina de la Fiscalía en Delmenhorst se conocían ya de antemano las actividades de Niels H. Por lo que ahora también se está estudiando si considerar que tanto dos físicos como el responsable del centro son asimismo responsables de asesinato al haber obviado esa información ante la justicia.

«Los asesinatos podrían haber sido evitados», sentenció tajantemente Kühme. Tanto la policía como la justicia alemana tiene cada vez más claro que todos estos asesinatos no podían pasar desapercibidos y se sigue investigando el papel que pudo jugar en ellos la clínica Oldenburg. «Alguien debía conocer esas anormalidades», añadió el jefe de los cuerpos de seguridad.