La Fiscalía solicita siete años de cárcel para los cuatro miembros de La Manada implicados en otro caso de abusos sexuales en Pozoblanco (Córdoba). Según consta en el escrito de calificación provisional, el ministerio publico reclama tres años por un delito de abusos sexuales hacia una joven cometido en el interior de un vehículo, y otros cuatro años más por otro delito contra la intimidad al haber difundido sin su consentimiento las grabaciones del abuso en varios chats de mensajería. Asimismo, para el conductor del vehículo, el ex militar Alfonso Cabezuelo, le reclama además una multa de 720 euros causarle lesiones leves, e pide que todos los acusados indemnicen de forma conjunta y solidaria a la víctima con 4.500 euros en concepto de gastos de curación y 6.000 más por los daños morales causados. Los cuatro acusados se encuentran actualmente en libertad mientras se resuelven los recursos contra la sentencia que les condena a nueve años de cárcel, junto a un quinto joven, por los abusos sexuales cometidos en los sanfermines de 2016.

Según el relato dado por válido por la Fiscalía, la noche del 1 de mayo los acusados Alfonso Cabezuelo, Jesús Escudero, José Ángel Prenda y Antonio Guerrero acudieron a la feria de la localidad cordobesa de Torrecampo (Córdoba), cerca de donde el exmilitar estaba destinado. Allí coincidieron en una de las casetas-discoteca con la víctima, que se había desplazado también desde Pozoblanco en compañía de otros amigos. Todos ellos consumieron diversas bebidas alcohólicas y la joven llegó a tomar alguna consumición con Cabezuelo. Sobre las 7,15 horas de la mañana, el joven se ofreció a llevar a la chica a su domicilio de Pozoblanco en el vehículo en que habían llegado los cuatro miembros de La Manada.

"En estado de profunda inconsciencia"

Ya en el interior del vehículo, la joven se sentó en el asiento trasero entre Cabezuelo y Escudero, mientras Guerrero conduce y El Prenda ocupa el asiento del copiloto. Debido, probablemente a la cantidad de alcohol ingerida -señala el escrito- sin que haya podido determinarse, si además de ello, tomó de forma deliberada o sin saberlo, alguna otra sustancia estupefaciente, la chica cayó en un estado de profunda inconsciencia, hasta el punto de no recordar lo ocurrido en el trayecto del vehículo. Según se pudo comprobar posteriormente en un video y las imágines difundidas por los jóvenes un chat con otros amigos, y descubiertos meses después cuando son detenidos tras ser acusados de una violación grupal en los sanfermines, con el concierto previo todos ellos aprovechan que la joven se hallaba privada de sentido, y con ánimo libidinoso, comenzaron a realizarle diversos tocamientos de carácter sexual, incluido el conductor.

Una vez en Pozoblanco, tres de los acusados bajaron del vehículo y Cabezuelo abandonó el asiento trasero y se incorporó como conductor, continuando la marcha junto a la chica. Cuando ésta se despertó, el chico le pidió que le realizara una felación. Y ante su negativa, con intención de menoscabar su integridad física el hombre le golpeó en la cara, le dió un un puñetazo en el brazo y la empujó para que saliera del coche mientras le insultaba con gritos de puta.

Estrés traumático por la difusión de las imágenes

El escrito del fiscal hace hincapié en que la víctima tuvo conocimiento de estos videos no en ese momento, sino cuatro meses después, cuando se hicieron públicos, y como consecuencia tanto de los hechos como de la exposición mediática y social que derivó del tratamiento y divulgación que hicieron medios de comunicación y redes sociales la joven sufrió estrés traumático y necesitó 90 días para su recuperación.

Además de las penas de prisión solicitada por la Fiscalía, también pide para los cuatro acusados la prohibición de comunicar o aproximarse a la víctima en cualquier lugar donde se encuentre o frecuente o en su domicilio a una distancia inferior a 100 metros durante 8 años para el delito de abuso sexual y otros 9 años más por el delito contra la intimidad al ceder a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales sin su consentimiento cuando la divulgación menoscaba gravemente la intimidad personal de esa persona.