El Ateneo Jaqués organiza en Jaca estos días una exposición que recoge los últimos trabajos del pintor zaragozano Alfonso Val Ortego, una selección que el propio artista ha escogido en función del espacio expositivo, la sala de exposiciones del Palacio de Congresos de Jaca. El martes tuvo lugar la inauguración a la que acudieron numerosas personas, representantes del Ayuntamiento de Jaca y prensa. La muestra se podrá visita hasta el 15 de mayo, todos los días, en horario de 19 a 21 horas y además, el sábado 11 tendrá lugar en la sala de exposiciones una cata de vinos de bodega Aldahara con la enóloga Mercedes Falcón y una visita guiada con el artista.

La deliberada ausencia de título en esta exposición suprime su discurso literario facilitando de esta manera la libertad del espectador para entablar sin prejuicios el íntimo diálogo con la obra cuya disposición, a pesar de las grandes dimensiones de la sala, promueve la conversación intrínseca entre el visitante y el lienzo. Procedentes, en su mayoría, de la última producción de Val Ortego, en la exhibición predominan los desnudos, los paisajes, los retratos, el entorno urbano y los interiores. Telas de gran formato donde domina por completo la pintura figurativa y como es usual en el estilo del artista, elaboradas en técnica mixta a partir de una sobria paleta, basada en los semitonos y con referencias a lo clásico, contrastando en su entonación cromática con una concepción expresiva de la forma.

En esta ocasión Val Ortego suprime el abstracto, siempre presente en sus exposiciones y prefiere elaborar con cada lienzo un relato claro y conciso donde el espectador podrá interpretar su propia versión. Imágenes urbanas donde penetra la fuerza de la naturaleza, paisajes texturizados, intrigantes bodegones y de manera predominante, desnudos y retratos cuyas impactantes expresiones nos cuentan una clara historia, no siempre amable, procedente de lo cotidiano. En algunas ocasiones la figura humana es la única protagonista, un cuerpo de luz sobre un fondo donde predominan los colores oscuros. Otras veces, sin embargo, el ser humano aparece desmadejado y diluido, prácticamente mimetizado como parte del resto de la obra, como una figura más de un improvisado bodegón. Una veintena de obras que se mueven en la línea argumental de lo estrictamente emocional, conectando con el espectador a través del universo de los sentidos. Val Ortego ha trabajado para estas obras con materiales intangibles como el amor, la alegría, la soledad, la contemplación y la ausencia. Precisamente en la época del materialismo, de la falta de tiempo, de la inmediatez, el artista solicita lo inmaterial, la pausa y la meditación. No condiciona al espectador, no limita el relato del cuadro y dialoga con la sensibilidad del espectador.

Jaca es destino habitual de nuestras escapadas, ya sea por un motivo deportivo, invernal, estival o un fin de semana. Esta exposición en el Palacio de Congresos es un bello aliciente y una propuesta cultural a la altura de esta histórica capital del altoaragón. Visitar la muestra y dejarse atrapar por un artista y artesano que ofrece un universo tangible con un discurso honrado es una buena opción para pasar estos días. No lo olviden, hasta el 15 de mayo, una exposición brillante en el Palacio de Congresos de Jaca, de la mano del Ateneo Jaqués y Alfonso Val Ortego.