El juicio por la violación múltiple de una menor en Manresa (Barcelona) en octubre de 2016 entra en la recta final, con la declaración de los peritos que analizaron las pruebas de ADN, a la espera de que la Fiscalía decida si mantiene la acusación por abusos o la eleva a agresión sexual. En su escrito de acusación provisional, el ministerio público considera que los implicados solo cometieron un delito de abuso sexual y no agresión sexual, a pesar de que, según su versión, penetraron a la muchacha por turnos en una caseta de una fábrica abandonada en la que se celebraba una fiesta.

El juez de la sección número 22 de la Audiencia de Barcelona suspendió el juicio para poder practicar más pruebas. El tribunal tomó esta decisión después de escuchar a los testigos que estaban citados en la cuarta jornada del caso, en julio.

La fiscalía sostiene que seis de los procesados penetraron vaginalmente a una menor de 14 años en una fábrica abandonada, mientras el séptimo miraba y se masturbaba.