Greta Thunberg llegó en un catamarán a la península y ahora vuelve a casa en tren. La joven activista, de 16 años, ha colgado en su cuenta de Twitter una imagen suya mientras cruza Alemania. La joven aparece sentada en el suelo, junto a dos enormes maletas y varias mochilas y bolsas. El tren iba lleno, por encima de su capacidad, asegura, en su tuit. Sea como sea, esta imagen acumula en las primeras 12 horas más de 6,4 retuits y unos 115.000 'me gusta'.

La activista medioambiental, la persona del año 2019 según la revista TIME, regresa a Suecia después de participar en la Cumbre del Clima de Madrid, donde aprovechó una vez más su tirón mediático para denunciar los efectos del cambio climático y pedir a políticos y directivos de empresas que actúen. "Desde los acuerdos de París, los grandes bancos han invertido 1.900 millones de dólares en combustibles fósiles. Los países del G20 son responsables del 80%. Tenemos trabajo por hacer, pero algunos más que otros", afirmó Thunberg, quien lamentó la falta de conciencia y de sentido de la emergencia de gobiernos y corporaciones.

Durante la cumbre tuvo que responder a las críticas de dirigentes y exdirigentes como Donald Trump y José María Aznar. El primero le pedía que se calmara y el otro dijo que debería estar en la escuela. "Están desesperados por silenciarnos", respondió. "No es una solución sostenible que los niños dejen de ir a clase", pero la situación es de emergencia y "no podemos seguir así", apostilló la joven.

Su valoración general de la cumbre, en cuanto a los compromisos, no podía ser más negativa. Solo una hora antes de publicar esa foto en el tren tuiteó lo siguiente: "Parece que la Cop25 en Madrid se está cayendo a pedazos en este momento. La ciencia es clara, pero la ciencia está siendo ignorada. Pase lo que pase, nunca nos rendiremos. Sólo acabamos de empezar".

La impulsora del movimiento "FridaysForFuture" cruzó el Atlántico en un velero de una pareja de youtubers australianos que documentan sus periplos por el mar desde el 2014. Thunberg no quería perderse la cumbre pero tampoco quería contaminar. La idea inicial era navegar hasta Galicia pero finalmente pusieron rumbo a Lisboa por el mal tiempo. Desde allí se desplazó en tren hasta Madrid.