Hoy más que nunca, cobra significado la idea de que las empresas y su aportación a la sociedad, son el resultado del trabajo, la creatividad, el talento y la motivación de cada una de las personas que las componen.

En esta radiografía, conceptos como transparencia, ética, formación, protección de los derechos humanos, sostenibilidad, inclusión social, investigación o igualdad han ido ganando muchos puestos en las escalas de valor de las compañías, hasta el punto de encabezar el listado de prioridades. Así, la inmensa mayoría de las empresas son ya muy conscientes de que apostar de manera rotunda, clara y decidida por la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), lejos de impedir el crecimiento, suponen una oportunidad única para impulsar un negocio de forma sostenible.

Una de las compañías de referencia en este terreno es Banco Santander, que dedica constantes esfuerzos para contribuir al progreso y mejora de la sociedad.

En el contexto de crisis sanitaria en el que nos encontramos, la compañía trabaja desde el el primer momento para ayudar a paliar los efectos negativos de la pandemia, y lo primero que ha hecho es enfocar parte de sus esfuerzos en la sociedad y en sus propios empleados.

Medidas, todas ellas, alineadas con su política de Banca Responsable y que definen toda una filosofía de entender el negocio, poniendo en el centro a las personas.

Desde el inicio de la pandemia del coronavirus, dos de las prioridades de Grupo Santander, han sido trabajar con gran rapidez para proteger la salud de sus 200.000 empleados de todo el mundo y contribuir a la lucha contra la covid-19 para ayudar a las autoridades a través de la compra y donación de material sanitario de primera necesidad, colaborar en proyectos de investigación ya en marcha y desarrollando iniciativas para apoyar a los colectivos más vulnerables.

Para proteger la salud de sus empleados, algunas medidas han sido cruciales. El teletrabajo y la inversión realizada en tecnología e innovación está permitiendo que 100.000 empleados de todo el Grupo estén trabajando en remoto.

En las oficinas de la entidad, se han establecido horarios de atención especiales, cierres selectivos, turnos o medidas de protección adicionales como el uso de guantes, geles alcohólicos, instalación de separadores plásticos, etc.

En sus sedes corporativas, para aquellos profesionales que siguen desempeñando su función desde los edificios corporativos de la entidad (sobre todo personal crítico para la continuidad de las operaciones del Grupo) se han reforzado las medidas de distanciamiento social, se han habilitado ubicaciones alternativas, se han segregado equipos, reforzado la limpieza y se ha reducido al mínimo el número de personas en los centros de trabajo.

Para ayudar a las autoridades en la lucha contra la pandemia, Santander habilitó un Fondo Solidario, 'Juntos', que ya supera los 25 millones de euros para la compra de equipamiento médico, ropa de protección y otros equipos que son necesarios para tratar a los pacientes infectados por el virus, así como la colaboración con distintas instituciones en proyectos de investigación y de ayuda a los colectivos más vulnerables.

Por otro lado, para apoyar a la comunidad universitaria durante el periodo de movilidad limitada a causa del coronavirus, Santander, a través de Santander Universidades, ha lanzado las becas online #YoMeQuedoEnCasa para más de 20.000 jóvenes y profesionales universitarios; un programa para el desarrollo de aquellas competencias digitales, idiomas y habilidades que mejoren su empleabilidad futura.

En este sentido, la entidad también ha movilizado más de 40 millones de euros de su mecenazgo en Educación para apoyar proyectos de colaboración liderados principalmente por las universidades, que hagan frente a los desafíos sanitarios y educativos surgidos por la crisis de la covid-19.