A las nueve de la mañana, cuando el sol calentaba ya la mitad de la plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid, se ha celebrado el homenaje de Estado a las víctimas del covid-19. En un acto sobrio y aconfensional, que invitaba al recogimiento, las principales instituciones, con Felipe VI a la cabeza, han recordado a los más de 28.400 muertos por el coronavirus en España, una pandemia que sigue azotando todo el planeta.

La ceremonia, en la que se ha querido dar un papel preponderante a la sociedad civil, ha durado apenas 35 minutos y en ella han participado los representantes de las instituciones europeas, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Gobierno al completo, todos los presidentes autonómicos y las dos ciudades autónomas y representantes de los grupos parlamentarios. Solo ha fallado Vox, que opinó que era una "ceremonia exculpatoria" del Gobierno. También han asistido una docena de representantes de todas las confesiones para remarcar el carácter ecuménico del acto.

Con todo, alrededor de tres quintos de los 400 invitados proceden de la sociedad civil, entre ellos también trabajadores sanitarios, de la distribución de alimentos y todas las áreas implicadas en la lucha contra la pandemia. En el acto han tomado la palabra el Rey, un hermano del periodista fallecido José María Calleja y una enfermera del Hospital de Vall d'Hebron de Barcelona.

En su alocución, el jefe del Estado ha subrayado la "deuda moral" de la sociedad con todas las víctimas, una deuda que obliga, ha dicho, al compromiso por la unidad. "Pongamos juntos, pongamos unidos toda nuestra voluntad, nuestra capacidad, todo nuestro saber, todo nuestro esfuerzo y empeño para poder mirar hacia el futuro con confianza y con esperanza. Y hagámoslo desde el respeto y el entendimiento", ha afirmado. Felipe VI ha deseado que "la determinación frente a la adversidad y el espíritu de superación del pueblo español" le haga "vencer las dificultades". "Las superaremos", ha asegurado. El acto ha acabado con un minuto de silencio.

"La memoria es un deber; el mejor homenaje que podemos hacer es mantenernos unidos en su recuerdo y construir el país que -las víctimas- hubieran querido compartir", ha dicho Hernando Fernández Calleja, que ha sido el primero en tomar la palabra. Después, la enfermera Aroa López Martín ha pedido no olvidar nunca la lección. "Ha sido muy duro, nos hemos sentido impotentes, con una sensación brutal de incertidumbre y la presión de tener que aprender y decidir sobre la marcha", ha relatado.

OFRENDA FLORAL

Después de estas dos intervenciones y antes de que empezara el Rey, los participantes en el homenaje, entre ellos los miembros del Gobierno y los presidentes autonómicos como Quim Torra, han depositado flores blancas ante el pebetero situado en el centro de la plaza en recuerdo a las miles de víctimas.

A la salida, apenas una quincena de personas esperaban ver pasar los coches de los miembros del Gobierno, a los que han abucheado y lanzado gritos de "asesinos" mientras golpeaban unas cacerolas y usaban aplicaciones de móvil para aumentar el ruido.