El vehículo se convierte en un arma y puedes matar a otro que no tiene la culpa de que te hayas ido de fiesta y contestes un wasup o una llamada. Provocar un accidente es cuestión de un segundo. Quien habla no es un experto en seguridad vial sino Ramón, que cumple condena por un delito cometido en las carreteras. Como él, 4.542 personas están privadas de libertad con algún tipo condena por infringir las normas de tráfico, un número que peligrosamente va en aumento. De hecho, en la última década el número de reclusos en las cárceles española ha disminuido un 23% mientras que la cifra de personas internadas por haber cometido un delito contra la seguridad vial se ha incrementado un 16%, lo que, según el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, demuestra quela convivencia vial es manifiestamente mejorable.

El ministro ha presentado este lunes el primer informe sobre delitos de seguridad vial y su incidencia en el ámbito penitenciario, donde se ha mostrado en un vídeo con los testimonios de Ramón y otros reclusos que se arrepienten de haber cometido graves irresponsabilidades al volante. El estudio, pionero a nivel mundial, según el director general de Tráfico, Pere Navarro, revela que en las cárceles españolas hay 26 reos condenados por cometer un homicidio al volante, principalmente por haber conducido en sentido contrario o bajo la influencia del alcohol, con una condena media de 4 años.

LA RADIOGRAFÍA

Asimismo, hay 1.159 penados, un 2,3% del total, encarcelados por un delito contra la seguridad vial como condena principal, principalmente por reincidir en la conducta peligrosa. La radiografía de este tipo delictivo determina que se trata de un varón con una edad media de 40 años, con condenas medias de 1,8 años por conducir sin permiso o sin vigencia del mismo (el 54%), de forma temeraria (el 16%) y bajo la influencia de bebidas alcohólicas (el 16%) y de nacionalidad española.

A este cómputo hay que añadir 3.383 personas que cumplen condena por otros delitos pero también han sido sancionados por vulnerar las normas de tráfico. Asimismo, otras 24.487 personas tienen penas alternativas a la prisión, lo que supone aproximadamente un tercio de las condenas totales a realizar trabajos en beneficio de la comunidad. Por último, hay 89.264 multas y retiradas del permiso de conducir.

FRENAR LA TENDENCIA ASCENDENTE

El estudio nos desvela que los delitos relacionados con la conducción de vehículos a motor llevan a prisión a un número cada vez más elevado de conductores. Tenemos que frenar esta tendencia porque no debemos olvidar que, detrás de estas frías cifras, hay personas con nombre y apellidos que en un momento dado incumplieron las normas y sufren las consecuencias ellos, sus familias y las víctimas, ha concluido Grande-Marlaska.