"Esta no es solo una crisis sanitaria, también es una crisis social", ha afirmado este lunes el director de Cáritas en la diócesis de Barcelona, Salvador Busquets, en la inauguración de una exposición de la entidad tras un año de pandemia. Los datos de las más de 10.700 hogares a los que la entidad ha tenido que alimentar lo ponen en evidencia. La crisis del covid ha aumentado un 260% las familias atendidas por la entidad que no perciben ningún ingreso. Solo el 7% de los hogares atendidos perciben alguna prestación social, y el 20% ni ingresan ni un euro, cuando antes de la pandemia solo eran el 8% los que se encontraban en esta situación.

La crisis social que ha acarreado la pandemia del coronavirus deja una secuelas inigualables e imborrables. Es por ello que Cáritas Barcelona ha inaugurado hoy una exposición fotográfica que retrata esta realidad. Las cifras del alcance son abrumadoras. En tan solo un año la entidad ha acogido 17.000 hogares que viven bajo el indicador de pobreza. El 60% de ellos se encuentra en la pobreza severa, y un 20% no tiene un solo ingreso al mes. De hecho, el 40% de las familias atendidas por Cáritas en Barcelona vive las restricciones pandémicas en habitaciones de 10 metros cuadrados.

La pobreza se cronifica

El gran aumento de las personas atendidas por Cáritas se vivió durante la primavera del 2020, cuando estalló la pandemia, los empleos más inestables se desplomaron y los ertes no llegaron. Algunos se recuperaron, y otros llegaron de nuevo con las restricciones sanitarias, especialmente afectados por el sector de la restauración y hostelería. "Ahora lo que vemos es la cronificación, las personas no pueden salir adelante porque el mercado de trabajo no tira y las prestaciones sociales no llegan. El problema es que la solidaridad de los fondos que tenemos las entidades sociales no es eterno, y empieza a llegar la fatiga en las donaciones", cuenta Miriam Feu, responsable de incidencia social de Cáritas.

La realidad es que solo el 4,4% de las personas atendidas en Cáritas cobran la Renta Garantizada de Ciudadanía, y el 2,7% percibe el Ingreso Mínimo Vital. "Necesitamos que las administraciones se hagan cargo de la situación de pobreza que atraviesan tantos hogares", se queja Feu. Cáritas pide que cambien los criterios para poder acceder a tales rentas, sobre todo para los trabajadores pobres o los immigrantes en situación irregular. Pero también implore que las administraciones acorten al máximo el tiempo de espera para la prestación. "Las personas necesitan el dinero de forma urgente, no pueden esperar. Es necesaria una ventanilla única para que las personas puedan pedir la renta y luego las administraciones se coordinen para dársela lo antes posible", sostiene Feu.