Los suicidios de presos en las cárceles han crecido en la pandemia y han pasado de 42 en 2019 y 51 el pasado año a los 11 en lo que llevamos de este ejercicio, en los que ha influido en cierta medida el aislamiento por la medidas anticovid.

Son datos facilitados a Efe por Instituciones Penitenciarias y que, pese a ese aumento, se sitúan por debajo de los países europeos, ya que el Consejo de Europa señala en su último informe que la media del continente era de 25,1 por cada 10.000 internos en 2019 frente a los 8,6 de España.

Superior a la media es en Hungría, con 61 por cada 10.000 reclusos, Malta (25,6), Dinamarca (21,7), Francia (17), Reino Unido (10,1) y Portugal (8,6).

Precisamente, a los suicidios hace referencia el oficio que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha remitido este miércoles a las cárceles y al que ha tenido acceso Efe.

Un documento que recuerda a los centros penitenciarios que en los suicidios y tentativas de este año se observa, como en 2020, la presencia de las mismas variables: "Tipo delictivo, situaciones de aislamiento, tentativas o autolesiones previas y trastornos de personalidad, fundamentalmente".

"Mención especial merecen las situaciones de aislamiento derivadas de los protocolos covid-19. Esta circunstancia en ningún caso puede significar un menoscabo en la atención tratamental que dichas personas requieran", añade la comunicación.

Por ello, insta a que haya una comunicación rápida y fluida entre las áreas de vigilancia y tratamiento.