El carné por puntos cumple 15 años. Su puesta en marcha supuso un antes y un después en la seguridad vial en España y desde su entrada en vigor, el 1 de julio de 2006, un total de 9.866.434 conductores han perdido algún punto y se les han impuesto 18.323.649 sanciones.

"El tiempo ha demostrado que el carné por puntos se hizo razonablemente bien", señala el director general de Tráfico, Pere Navarro, en declaraciones a Efe, en las que hace balance de los 15 años de esta medida, que se aprobó con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno. Vistos con perspectiva estos tres lustros, "todos debemos felicitarnos por los resultados del permiso por puntos", subraya.

"Son pocos, pero hacen mucho daño"

Según los datos facilitados a Efe por la Dirección General de Tráfico (DGT), 289.825 ciudadanos se han quedado sin carné al perder todos los puntos desde 2006, lo que, según Navarro, supone menos del 1% de todos los conductores. "Son pocos pero hacen mucho daño ya que, una y otra vez, conducen con un desprecio total a las normas de tráfico", ha lamentado. De esos 289.825 conductores, 268.699 han perdido el permiso en una ocasión; 19.328 en dos; 1.681 en tres y 117 en más de tres.

Precisamente, el carné por puntos nació para hacer frente al problema de los reincidentes, ha explicado Navarro, que ha asegurado que a lo largo de estos 15 años todos ellos han agotado sus puntos y han pasado por los cursos de recuperación.

El principal objetivo de la puesta en marcha de esta herramienta era hacer más seguros los desplazamientos por carretera y "ha cumplido su finalidad": desde 2006 el número de fallecidos por accidente de tráfico se ha reducido un 80%.

56.801.246 puntos perdidos

En estos 15 años los conductores españoles han perdido 56.801.246 puntos. El exceso de velocidad, el consumo de alcohol y las distracciones por el uso del teléfono móvil han sido los principales motivos.

Conducir a más velocidad de lo permitido supuso el 46% de todas las sanciones y la pérdida de 20.212.811 puntos (36% del total). El consumo de alcohol y/o drogas acarreó la detracción de 8.828.682 puntos (15%), el teléfono móvil, 8.034.429 (14%) y el mal uso del cinturón de seguridad o de los dispositivos de retención infantil, 5.743.557 (10%).

Además, según los datos de la DGT, 754 conductores han perdido la vigencia del carné por tres o más sanciones relacionadas con la velocidad; 444 por esa reincidencia con el consumo de alcohol; 429 por haber sido "pillados" tres o más veces usando el teléfono móvil al volante y 151 por haber dado positivo a las drogas en varias ocasiones.

Asimismo, desde el inicio del permiso por puntos se han registrado 829.414 asistentes a los cursos de recuperación parcial o total de puntos.

La reforma que viene

El carné por puntos se aprobó en el Congreso de los Diputados sin ningún voto en contra, un buen ejemplo de que la seguridad vial se entiende como política de Estado, señala Pere Navarro, que también era director general de Tráfico en aquel momento.

Navarro ha indicado que todas las herramientas, también las que funcionan, hay que ponerlas al día para que no pierdan su efectividad, motivo por el cual el Gobierno ha llevado a las Cortes una ley que incluye la actualización del carné por puntos.

Puntualiza que no son "grandes reformas": aumenta de 3 a 6 la pérdida de puntos por conducir sujetando con la mano el móvil, una actualización que para Navarro es necesaria, puesto que hace 15 años no existía el WhatsApp y desde 2016 la distracción al volante por este motivo es la primera causa de accidente de tráfico. También se elevan de 3 a 4 los puntos a detraer por no hacer uso del cinturón de seguridad, de los sistemas de retención infantil o del casco y otros elementos de protección, "porque nos da la sensación de que después de 15 años y de tantas y tantas campañas" estos comportamientos "merecen una mayor penalización".

Navarro cree que la ley que se tramita en el Congreso, que está en fase de enmiendas, debería estar aprobada antes de fin de año. Al director general de Tráfico le gustaría que la reforma lograse el mismo grado de consenso que en 2006 y, aunque reconoce que el contexto político "se ha complicado", sigue manteniendo que "no hay seguridad vial ni de derechas ni de izquierdas. Hay que hacer lo que hay que hacer y hacerlo bien".