Entender cómo se inician los impulsos nerviosos que nos permiten sentir dolor, un cambio de temperatura o incluso una caricia ha merecido, ni más ni menos, que el Premio Nobel de Medicina y Fisiología de 2021. La Real Academia de las Ciencias de Suecia ha otorgado el galardón científico más relevante del año al investigador estadounidense David Julius y al científico libanés Ardem Patapoutian. Por las décadas de investigación básica que han llevado al descubrimiento de los receptores de temperatura y tacto y que, algún día, podrían dar a luz a una nueva generación de tratamientos contra el dolor. 

El veredicto, anunciado este lunes por la mañana, ha desmontado la gran promesa de un Nobel para las vacunas de ARNm contra la Covid-19. Hace ya meses que la comunidad científica especulaba con un posible premio para estas fórmulas que, desarrolladas en tiempo récord y gracias a un esfuerzo global sin precedentes, han logrado cambiar el rumbo de esta devastadora pandemia de covid-19. El entusiasmo hacia estos medicamente también se debe a que inauguran una plataforma tecnológica pionera que, en un futuro, podrían dar a luz a vacunas contra todo tipo de enfermedades. Incluido el cáncer. 

Mientras todos esperaban que este año el Nobel fuera para uno de los avances científicos que han permitido al mundo hacer frente a la pandemia de covid-19, la Academia ha decidido tirar por otro lado. ¿La razón? "Es complicado responder a esta pregunta sin quebrantar las cláusulas de confidencialidad", ha argumentado Thomas Perlmann, secretario de los Nobel, en referencia al secreto de sumario que pesa sobre el informe oficial (que se hará público de aquí 50 años). "Solo puedo decir que nosotros trabajamos en base a las nominaciones que nos llegan y que también somos muy conscientes de cuáles son los descubrimientos científicos del año", ha añadido el portavoz de los galardones para intentar zanjar el amago de polémica.

Ciencia para entender el dolor

El Nobel de Medicina de este año pone todos los focos en dos descubrimientos científicos que nacieron de la investigación básica. Y es que tras décadas de trabajo de laboratorio, David Julius y Ardem Patapoutian consiguieron identificar dos receptores que nos permiten 'activar' nuestro sentido nervioso para que interprete los estímulos táctiles y de temperatura. Entender cómo funcionan estos interruptores, conocidos por el nombre técnico TRPV1 y PIEZ02, es clave para, por ejemplo, comprender cómo se regula la temperatura corporal y qué hay detrás de todo tipo de dolores corporales

El año pasado, en 2020, este codiciado galardón premió la investigación que había llevado al descubrimiento del virus de la hepatitis C. El premio fue compartido por tres científicos: los estadounidenses Harvey Alter y Charles Rice y el británico Michael Houghton. El año anterior, en 2019, William Kaelin, Peter Ratcliffe y Gregg Semenza fueron premiados por sus descubrimientos sobre cómo las células perciben y se adaptan a la disponibilidad de oxígeno. Y un año antes, en 2018, Tasuku Honjo y James Allison brillaron en estos premios por sus descubrimientos del papel del sistema inmune en la regulación del cáncer. En todos estos casos, el Nobel llegaba como reconocimiento a décadas y décadas de investigación en los laboratorios que, un buen día, había logrado cambiar el mundo. O al menos para entenderlo mejor.