El periodismo está de enhorabuena. Dos periodistas representantes, a su vez, de "todos los periodistas" han sido galardonados con el premio Nobel de la Paz 2021. La filipina Maria Ressa y el ruso Dmitri Muratov han obtenido el preciado galardón por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, "condición indispensable para la democracia y la paz duradera". Ressa y Muratov han luchado "con coraje", según el Comité Noruego del Nobel, por este ideal en sus respectivos países, en un momento en el que la democracia y la libertad de la prensa pasan por "condiciones cada vez más adversas".

Maria Ressa ha fiscalizado desde su medio digital, Rappler, la gestión de Gobierno del controvertido presidente filipino Rodrigo Duterte, marcada por su campaña contra el narcotráfico duramente criticada por organizaciones de derechos humanos. El número de muertos de presuntos traficantes, abatidos sin ninguna garantía constitucional, "es tan alto" que la campaña parece "una guerra librada contra la propia población del país", argumenta el comité. La periodista filipina, cofundadora del medio que aún dirige, también ha trabajado en demostrar cómo las redes sociales se hacen eco de fake news y son utilizadas para acosar a opositores y manipular a la opinión pública.

En declaraciones tras conocer el reconocimiento, Ressa ha asegurado que se va a ganar "la batalla de los hechos y la verdad" y ha denunciado que en la actualidad los hechos sean "debatibles", por lo que "el periodismo se ha convertido en activismo".

Dmitri Muratov ha dedicado toda su vida profesional a defender la libertad de expresión en Rusia, un derecho que se enfrenta a grandes desafíos. Cofundó, en 1993, el diario independiente Novaya Gazeta que, a día de hoy, es de los pocos que cuestionan al todopoderoso Vladímir Putin. Desde su fundación, ha denunciado casos de corrupciónviolencia policial, arrestos ilegalesfraude electoralfábricas de trolls así como controvertidas operaciones militares tanto dentro como fuera del país.

El diario de Ana Politkovskaja

Los periodistas de Novaya Gazeta han vivido acoso, amenazas, violencia y, en el peor de los casos, asesinatos. El más conocido internacionalmente, ahora acaba de hacer 15 años, fue el de Ana Politkovskaja, autora de reveladores informaciones sobre la guerra de Chechenia. Pero no solo ella perdió la vida. Otros cinco compañeros también fueron asesinados. Precisamente a todos ellos dedicó ayer el premio Muratov.

El redactor jefe, ahora Premio Nobel de la Paz, nunca dudó en abandonar la política de independencia, "defendiendo el derecho de los periodistas de escribir lo que quieran sobre lo que quieran siempre que respeten los estándares éticos y profesionales del periodismo", argumenta el comité noruego que concede el galardón.

Merece especial mención la felicitación del Kremlin al galardonado. El portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, ha calificado a Muratov como un "valiente" que trabaja en base a sus ideales.

Los integrantes del comité han considerado que "un periodismo libre, independiente y basado en los hechos, sirve de protección contra el abuso de poder, las mentiras y la propaganda". "La libertad de expresión y de información ayuda a garantizar un publico informado", argumentan para añadir: "Estos derechos son requisitos cruciales para la democracia y suponen una protección contra la guerra y el conflicto".

Para finalizar su argumentario, el comité asegura que "sin libertad de expresión y de prensa, será difícil promover con éxito la libertad entre naciones, el desarme y un mejor orden mundial". "El premio de este año -añade- está firmemente anclado en las disposiciones del testamento de Alfred Nobel".

Más de 300 candidatos

Un total de 329 candidatos, de los cuales 234 son personas y 95 organizaciones, estaban propuestos para recibir el más prestigioso galardón de las iniciativas pacíficas. A pesar de que las identidades de los integrantes de esta lista permanecen bajo secreto durante los 50 años siguientes a su nominación, es habitual que trasciendan algunos de los nombres de los personajes con mayores probabilidades. Como en esta ocasión, muchas veces fallan las previsiones. Este año, en esta lista se encontraban la Organización Mundial de la Salud (OMS), la activista medioambiental Greta Thunberg, el opositor ruso Alekséi Navalni y el movimiento en contra del racismo Black Lives Matter.