Juicio
La víctima de una triple violación en Barcelona: "Me decían que otras chicas se lo ponían más fácil"
Tres procesados se sientan en el banquillo de los acusados por la brutal agresión sexual a una muchacha a la que metieron en un maletero de un coche tras cerrar la discoteca a la que había ido con una amiga

Imagen de la sala de prensa de la Audiencia de Barcelona durante el juicio contra los tres procesados por la triple violación de Sant Boi de Llobregat. / Manu Mitru
J. G. Albalat
“Me insultaban, se reían de mí. Me decían que otras chicas se lo ponían más fácil”. Uno tras otro la violaron en un descampado de Sant Boi de Llobregat en la madrugada del 19 de mayo del 2018. Hasta tres personas la agredieron sexualmente en el interior de un vehículo. Después la tiraron del coche en marcha y la dejaron abandonada. “Me quedé en el suelo llorando”, recuerda. La habían metido en el maletero del turismo al cerrar la discoteca de Molins de Rei a la que había ido con una amiga. Mientras uno abusaba de ella, los otros dos la sujetaban para que no se resistiera. “Me ha cambiado la vida”, admite la muchacha.
En la Audiencia de Barcelona ha empezado este jueves el juicio contra los tres presuntos atacantes de la joven. El fiscal reclama para dos de ellos 43 años de prisión y para el tercero, 46 años. Este último no solo supuestamente la violó, sino también la fotografió en el interior de vehículo, semidesnuda y con los glúteos al descubierto, y distribuyó las imágenes, en las que aparecen alguno de los implicados, a terceras personas a través del watshapp. La acusación pública atribuye a cada uno de los procesados la autoría de un delito de agresión sexual con acceso carnal y la de cooperación necesario de las otras dos violaciones. El ministerio público esgrime que la muchacha, a causa del alcohol y droga que consumió, "presentaba un grave deterioro de sus funciones intelectivas y físicas".
El testimonio de la víctima ha sido aterrador. Esa noche quedó con una amiga. Primero fueron a cenar y después a una discoteca de Molins de Rei. “Una vez dentro, bebí y consumó cocaína y hachís”, admitió la muchacha. Al cerrar el local, a las 6 de la madrugada y cuando su amiga se había ido, ella se fue con un grupo a “pillar más cocaína”. Le habían robado el móvil y el bolso. Cuando estaba por unas naves, un vehículo se paró a su lado. Dentro iban varios jóvenes. “Me preguntaron si estaba sola y donde iba”, recordó. “Me cogieron del pelo, me arrastraron y me metieron en el maletero. Empecé a dar golpes y a chillar. Cuando paró y abrieron, intenté dar una patada, pero cerraron y continuaron”, explicó.
En el descampado
El vehículo se dirigió hacia un descampado próximo a un descampado próximo a la zona de la Ciudad Cooperativa de Sant Boi de Llobregat. La fiscalía sostiene que tras parar el coche y “con conocimiento del estado” de la muchacha, “de que eran altas horas de la madrugada, que se encontraban en un lugar recóndito y que eran una mayoría de tres”, los procesados “puestos de previo y común acuerdo”, le quitaron el sujetador, dejando sus pechos al descubierto, y le “bajaron las medias con fuerza”, hasta romperlas.
Después, uno tras de otro la atacaron sexualmente, obligándola a hacer felaciones y penetrándole. “Yo me acuerdo, pero tengo flashes. Nos les conocía de nada”, concretó. Según su versión, eran cinco, pero solo tres de ellos la violaron. “Me cogían de los brazos, de las piernas y de la cara. Fue dentro y fuera del vehículo”, insistió. Al cabo de un rato, le abrieron la puerta y la dejaron en el descampado. “Me quedé en el suelo llorando y caminé hasta la estación. Pedí ayuda a la gente y nadie me ayudaba, hasta que vino una persona y llamó a la ambulancia”, declaró. A causa de la agresión, la chica continúa teniendo problemas psicológicos y en desde el suceso ha tenido que ingresar dos veces en un psiquiátrico. “Aún no salgo sola”, detalló. Y prosiguió ante las preguntas de las partes.
--¿Existió violencia e intimidación?
--Si. Me forzaron.
--¿Le hacían hacer cosas que ni quería?
--Sí
La víctima identificó fotográficamente a los procesados en comisaría, pero no en la rueda de reconocimiento. Las defensas han intentado utilizar este hecho, así como una cierta confusión con el color del coche en la que fue raptada. “Yo dije lo que me acordaba, estaba en shock”, aseguró, a la vez que recordó que uno de los mossos que le interrogó incidió mucho para que recordara lo que había sucedido. En este sentido, un agente explicó que lo que siempre intentan es "enfatizar" con las denunciantes para que recuerden los máximo posible. Los procesados serán interrogados los últimos, el lunes, tras la declaración de los testigos de la acusación y la defensa.
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