Este domingo debía celebrarse en el municipio de Cardona (Barcelona) el funeral de una vecina, Dolores Bastida, cuya voluntad era que su funeral se hiciera en castellano.

La familia comunicó el deseo de la difunta al sacerdote de la iglesia de Sant Miquel i Sant Vicenç de Cardona, Carles Pubill, pocos minutos antes de que empezara el acto, según ha avanzado 'El Confidencial Autonómico'.

Solo en catalán

A priori, el párroco accedió a celebrar la misa en castellano y cambió las homilías a última hora. Pero durante la ceremonia habló en algún momento en catalán, entonces fue cuando la familia -excepto dos hijos de la fallecida- decidió tomar la decisión de parar la misa, avisar a la funeraria y llevarse el féretro para continuar el acto religioso en el cementerio.

Según ha denunciado la familia al diario 'ABC', avisaron en múltiples ocasiones al religioso para que cambiase de lengua pero este seguía en castellano unos minutos, y en seguida volvía al catalán.

La familia se ha pronunciado

Tras lo ocurrido, la familia ha expresado estar "consternada" y tachan lo ocurrido como un "acto de intolerancia" y que "no sirven disculpas ni excusas".

Además, la familia de Dolores Bastida se ha quejado a la Diócesis de Solsona, donde excusaron al padre diciendo que él no sabía las intenciones de la difunta relacionadas con el idioma de la misa.

El sacerdote, Carles Pubill, también ha defendido que nadie le avisó con antelación y ha asegurado que hizo "lo que pudo" en ese idioma porque no tenía libros en castellano para hacer la misa, según ha explicado 'El Confidencial Autonómico'.