La iglesia estaba prácticamente vacía, pensaba que iba a pasar desapercibido simulando que rezaba, pero la rápida actuación policial le dejó sin botín y señalado como presunto autor de un delito leve de robo con fuerza. Un hombre de unos 50 años fue identificado por efectivos de paisano tras la llamada de un feligrés que alertó del robo de la recaudación de uno de los cepillos de la emblemática iglesia de San Isidoro, en la plaza de la Constitución de Oviedo.

Los hechos tuvieron lugar en torno a las doce menos cuarto de la mañana. El presunto caco, viejo conocido de los agentes por hechos similares, utilizó una pieza de metal para forzar el cajetín de los donativos. Luego utilizó la misma herramienta, impregnada de material adhesivo para extraer varios billetes sin que casi nadie se diera cuenta.

El problema es que alguien si lo vio y llamó a la Policía Local, provocando que en cuestión de minutos contados se plantasen en la plaza dos coches policiales y un tercero camuflado. Los hombres de paisano localizaron rápidamente al sospechoso, propiciando que una de la patrullas lo identificase y le trasladase al Rubín para tomarle declaración como responsable de un supuesto delito de robo con fuerza.

El sospechoso quedó en libertad, pero sin el botín y pendiente de juicio.