El Consejo Interterritorial, del que forman parte el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, aprobaba este miércoles la Estrategia en Salud Cardiovascular. El objetivo del documento, promover la adopción de hábitos de vida saludables para prevenir enfermedades que son la principal causa de mortalidad, y la segunda de hospitalización en España. La estrategia se centra en cuatro bloques: la cardiopatía isquémica, las arritmias/muerte súbita, las valvulopatías y la insuficiencia cardiaca. Un problema sanitario, este último, de "enorme magnitud", advierte el cardiólogo Manuel Anguita a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, medio que pertenece al mismo grupo editorial que este diario. Afecta a unas 800.000 personas y su prevalencia es más alta que la de los países de nuestro entorno.

La Estrategia en Salud Cardiovascular se centra en la que ya es la primera causa de muerte en España, por delante de los tumores o las enfermedades respiratorias. El texto, tal y como ha detallado el departamento que dirige Carolina Darias, propone abordar los factores de riesgo desde una visión integral, a través de la educación, la capacitación y promoción de la salud, el diagnostico precoz, la prevención y la rehabilitación.

Su aprobación no ha estado exenta de polémica. En esa apuesta por la prevención y la promoción de hábitos de vida saludables alimentación variada y equilibrada, ejercicio físico o la ausencia de tabaco o alcohol- para evitar episodios como los infartos de miocardio o los accidentes cerebrovasculares, saltó la controversia de si en el texto se especificaba que se iba a obligar a bares y restaurantes a eliminar el vino o la cerveza de sus menús. Sanidad salió al paso, lo negó y ha explicado que la Estrategia "no contempla prohibiciones de ningún tipo".

Cuatro grandes bloques

Controversias aparte, desde Córdoba, el doctor Manuel Anguita pide paso para hablar de un tema que le preocupa especialmente. "Un problema grave", el de la insuficiencia cardiaca que, además, es una de las cuatro áreas de actuación de la Estrategia, junto a la cardiopatía isquémica, las arritmias/muerte súbita y las valvulopatías (una valvulopatía cardíaca es una disfunción -un fallo en el funcionamiento-de una de las válvulas del corazón).

Entre el 4,7% y el 6,8% de personas mayores de 45 años padece insuficiencia cardíaca.

De hecho, incide el doctor, muchas de las enfermedades cardiovasculares derivan frecuentemente en insuficiencia cardiaca que los especialistas describen como una dolencia crónica y degenerativa, que consiste en la incapacidad del corazón para bombear la sangre suficiente, de modo que no se cubren las necesidades de otros órganos.

Es la principal causa de hospitalización en pacientes de más de 65 años y de reingresos hospitalarios no programados.

Entre el 4,7% y el 6,8% de personas mayores de 45 años padece esta enfermedad, alcanzando el 16% en personas mayores de 75 años. La mortalidad al año del diagnóstico sigue estando en torno al 20% y a los 5 años entre el 40 y el 50% y es la principal causa de hospitalización en pacientes de más de 65 años y de reingresos hospitalarios no programados y su coste estimado se cifra en torno a los 2.500 millones de euros anuales, lo que supone el 3,8% del gasto sanitario global.

Manifiesto de las sociedades

Desde la Fundación Española del Corazón, ocho sociedades científicas, con el respaldo de asociaciones de pacientes, han elaborado un manifiesto -Objetivo 2025: Insuficiencia Cardiaca- donde reclaman la mejora y el incremento de la coordinación entre niveles asistenciales, así como el seguimiento integral tras la hospitalización -y no sólo en la etapa de sospecha del diagnóstico-, en el que exponen el estado de esta dolencia en nuestro país y piden un compromiso político en la lucha contra la enfermedad.

Propuestas que, señala el doctor Anguita, habrían quedado recogidas en esa Estrategia que acaba de aprobarse. Porque la enfermedad, destaca, que es "la vía final común de todas las enfermedades cardiacas crónicas". Las causas fundamentales, dos: la hipertensión arterial y la enfermedad coronaria. Los factores de riesgo, ya conocidos: la misma hipertensión, el colesterol alto, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo...

Los pacientes que sobreviven a la enfermedad tienen "un pronóstico regular" a medio y largo plazo.

Por otro lado, para mejorar el pronóstico de los pacientes, añade el médico, lo primero es la detección precoz. "Cuando antes se diagnostique, antes se puede empezar el tratamiento", afirma. Para eso, continúa, es fundamental la coordinación entre niveles asistenciales y definir criterios y vías rápidas de derivación entre Atención Primaria y el resto de especialidades: "Los médicos de Primaria tienen que tener un protocolo de actuación coordinado con Cardiología y Medicina Interna y, además, las herramientas adecuadas para confirmar o descartar el diagnóstico".

A pesar de los avances en los tratamientos farmacológicos, que mejoran el pronóstico, la mortalidad de los pacientes sigue siendo alta.

Al tratarse de una patología asociada a la edad, continúa, cada vez se detectan más casos nuevos. "Y, a pesar de los avances que se han hecho en los tratamientos farmacológicos, que mejoran el pronóstico, la mortalidad de un paciente que ingresa con insuficiencia cardiaca sigue siendo alta: uno de cada diez fallecen durante el ingreso y eso no ha mejorado en los últimos años", indica el médico.

Además, los pacientes que sobreviven a la enfermedad tienen "un pronóstico regular" a medio y largo plazo. Por eso, apunta el cardiólogo, otra de las reclamaciones que han hecho las sociedades es la importancia de cambiar el modelo de organización en la asistencia de los pacientes mediante unidades o programas multidisciplinares. Actualmente, concluye el doctor Anguita, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha otorgado la acreditación SEC-Excelente en insuficiencia cardíaca a unidades de más de 80 hospitales de toda España.