La energía solar y el sector primario vienen demostrando que no solo conviven en un mismo espacio, sino que se complementan y benefician de cada una de sus actuaciones. El doble uso del terreno para agricultura y energía alivia la presión sobre los ecosistemas y la biodiversidad, que se ven afectados cuando se amplían las zonas de cultivo. Iberdrola trabaja en numerosas iniciativas que conjugan la instalación de proyectos renovables con la generación y aprovechamiento de los servicios ecosistémicos generados en sus plantas, como son el aprovechamiento ganadero, la apicultura y cultivo de aromáticas. El desarrollo de plantas fotovoltaicas se están convirtiendo en verdaderos refugios para la biodiversidad, a través de la creación y conservación de ecosistemas y a la ausencia de actividad humana en el interior de los recintos.

Proyección de futuro

A través del programa internacional de 'start-ups' de Iberdrola, Perseo, la compañía apoya soluciones que combinan las plantas fotovoltaicas con la viticultura, los árboles frutales, el bienestar animal y el regadío. Por ejemplo, la iniciativa de la empresa española EcoEnergías del Guadiana ha desarrollado un proyecto piloto para combinar el cultivo de tomates bajo estructuras fijas o retráctiles que soportan paneles solares, permitiendo mitigar el estrés de las plantas por calor y disminuyendo los daños por granizo, además de ahorrar agua y mejorar los resultados de la cosecha. 

El proyecto Winesolar, surgido de la colaboración entre tres empresas españolas: Techedge (soluciones tecnológicas avanzadas), PVH (fabricante de seguidores y estructuras para paneles solares) y las bodegas Gonzalez Byass, pretende proteger a los viñedos generando sombra gracias a un seguidor inteligente. Las placas que se han instalado en los viñedos vallisoletanos de Gonzalez Byass, integradas en el paisaje, crean sombra y un microclima idóneo frente al estrés, tanto térmico como hídrico, que pueden sufrir las vides, favoreciendo su resiliencia al cambio climático.

A la sombra

Otro proyecto respetuoso con el medio ambiente se ha llevado a cabo en Puebla de Guzmán (Huelva) y en Nuñez de Balboa (Badajoz), donde Iberdrola, en colaboración con Tesela Natura ha desplegado en las plantas fotovoltaicas 270 colmenas que han albergado más de 13 millones de abejas

El proyecto, que continuará desarrollándose en otras plantas fotovoltaicas de Iberdrola en España, persigue demostrar cómo la ubicación de polinizadores en instalaciones renovables puede mejorar la estabilidad de los ecosistemas y potenciar el rendimiento de los cultivos de las tierras agrícolas circundantes. En los parques fotovoltaicos, las abejas cuentan con terrenos libres de herbicidas y químicos agrarios, ya que el crecimiento de hierbas se controla mediante el pastoreo de ganado. Asimismo, estas iniciativas generan zonas ecológicas que permiten estudiar cómo el cultivo de plantas aromáticas –mil flores, romero, retama y tomillo– incrementa la calidad de la miel. 

El parque eólico de Monte Forgoselo en Galicia cuenta con más de 500 vacas y más de un centenar de caballos. Son varios los ganaderos que dejan a sus animales pastar libremente entre los 37 aerogeneradores que abastecen de energía a más de 7.000 hogares. Además, este espacio de gran riqueza ambiental cuenta con rutas que pueden hacerse a pie o en bicicleta y cuenta con varios miradores. Las vías que se mantienen abiertas para acceder al parque eólico también benefician a los ganaderos que pueden subir fácilmente a la montaña para dar de comer a los animales. 

En Extremadura, la planta de Núñez de Balboa en Usagre (Badajoz), ve pastar en los terrenos de la instalación a más de 1.200 ovejas y, de forma rotativa, permite a las especies vegetales ir creciendo. Además, durante los meses de más calor, los animales se benefician de la sombra de las placas, donde descansan y se alivian de las altas temperaturas de la zona. Esta planta cuenta con 500 MW de potencia: es la más grande de Europa y la de mayor que Iberdrola tiene en marcha en el mundo.

Un planeta más limpio

Alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, el papel de Iberdrola es clave. Actúa como agente de cambio social y de transformación en el sector energético. “Queremos continuar construyendo, cada día y en colaboración, un modelo energético más eléctrico, saludable y accesible”, afirman desde la energética, con los ODS 7 y 13 por bandera.

El compromiso con el bienestar de las personas y la preservación del planeta es total, constatando un modelo energético más eléctrico que pasa por el abandono de los combustibles fósiles y generalizar el uso de las fuentes de energía renovables, el almacenamiento eficiente de energía, las redes inteligentes y la trasformación digital. 

La transición hacia una economía neutra en carbono es una realidad de Iberdrola. La compañía asegura que en unos años se podrá conseguir: es tecnológicamente posible, económicamente viable y socialmente necesario. Para ello, desde hace 20 años y con una inversión superior a los 120.000 millones de euros, el grupo se ha comprometido a liderar esta transición energética. 

Este modelo energético sostenible que propone Iberdrola, apuesta por la descarbonización y electrificación de la economía, además de por la innovación. Se alinea directamente con los procesos de la economía circular a través de la reducción de emisiones, el uso de recursos renovables para la producción, la mejora de la eficiencia, la optimización de recursos, y la maximización del aprovechamiento de los residuos.