Menos de la mitad de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de adultos, pediátricas y neonatales de los hospitales españoles cuentan con protocolos y documentos de consulta para prevenir errores de medicación. La omisión o el retraso en la medicación, la administración al paciente equivocado, las alergias y efectos adversos conocidos a fármacos o el mal cálculo de la dosis, son algunos de los errores más graves que se detectan habitualmente. De hecho, son el evento adverso hospitalario más común y los especialistas urgen a implantar sistemas de prevención para evitar estos sucesos en las unidades de enfermos críticos.

Son las primeras conclusiones de la 'Encuesta nacional sobre la implantación de sistemas para la prevención de errores de medicación en las UCI', un estudio en el que han participado 112 hospitales de toda España y que recogió datos durante los meses de septiembre y octubre de 2021. El 'Informe Prevemed' ha sido realizado por cuatro sociedades científicas: la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC); la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH); la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP) y la Sociedad Española de Neonatología (SENEO).

Las recomendaciones consensuadas pueden ayudar a mejorar el uso seguro del medicamento en nuestro país, dicen los especialistas.

Con los datos obtenidos, los especialistas consideran que la situación permite "un amplio margen de mejora". Ssegún la doctora María Cruz Martín, coordinadora del informe por parte de la SEMICYUC, el documento aporta valor al proyecto "por la visión interdisciplinar de un problema muy importante que afecta a nuestras UCI. Las recomendaciones consensuadas pueden ayudar a mejorar el uso seguro del medicamento en nuestro país".

SEGURIDAD DEL PROCESO

Así, en la encuesta se ha determinado que el 78,2% de las UCI no dispone de sistema electrónico para garantizar la seguridad en el proceso y la práctica habitual para validar la medicación de alto riesgo antes de la administración es el chequeo por una sola enfermera (61,9%) o dos (28,6%).

Sólo la mitad de los hospitales tiene bombas inteligentes con sistemas de reducción de errores de dosis de medicación.

Además, indican desde las cuatro sociedades, sólo la mitad de los hospitales participantes cuenta con bombas inteligentes con sistemas de reducción de errores de dosis de medicación; y en el 86,5% no se monitorizan las administraciones de perfusiones parenterales desde un punto central. Los médicos consideran que disponer de un sistema de acreditación y/o certificación ofrecería la garantía de qué sistemas y procesos son robustos. Sin embargo, muchas de estas unidades no están acreditadas (57,6%).

PREVENIR ERRORES DE MEDICACIÓN

Del mismo modo, los expertos ven necesaria la puesta en marcha de sistemas de trazabilidad de medicación, que deberían considerarse como un requisito fundamental en todas las UCI de España. Según la encuesta, solo el 44,4% de los centros participantes contaban con un protocolo o documento de consulta para la prevención de errores de medicación. Las sociedades participantes han listado las recomendaciones que permitirían revertir esta situación, con el objetivo prevenir errores de medicación.

Los especialistas apuestan por incorporar a los farmacéuticos en los equipos multidisciplinares de las UCI.

Por ejemplo, aseguran, hay una apuesta clara por incorporar a los farmacéuticos en los equipos multidisciplinares de las UCI, además de crear planes de actuación ante eventos adversos que aseguren una respuesta coordinada y cubra las necesidades de pacientes y familiares, así como dar soporte a los profesionales implicados.

Estandarizar informáticamente la prescripción, la validación farmacéutica antes de la dispensación, la preparación centralizada de medicamentos o que la dispensación esté lista con antelación para evitar prepararla en las UCI son algunas de las recomendaciones consensuadas por los autores de un informe que cuenta con el aval del Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España, la Sociedad Española de Enfermería Neonatal y el Foro Español de Pacientes.

CULTURA DE SEGURIDAD

Según explica la doctora la doctora Cristina Martínez (SEFH) se conocen "muchos de los riesgos existentes en el empleo de medicación en las UCI y cómo se pueden prevenir". Pero, añade, para poder minimizarlos, "es fundamental crear una cultura de seguridad dentro y fuera de las organizaciones sanitarias y, también, contar con el apoyo de las administraciones". Los errores de medicación, continúan los expertos, son el evento adverso hospitalario más común, con consecuencias sanitarias y económicas importantes para los pacientes y para los sistemas de salud.

La omisión o el retraso en la medicación, la administración al paciente equivocado o el mal cálculo de la dosis son algunos de los errores graves detectados.

En Europa, según la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), la tasa de errores de medicación en el ámbito hospitalario varía entre el 0,3% y el 9,1% en la prescripción y entre el 1,6% y el 2,1% en la fase de dispensación. Con la información aportada por los especialistas, la omisión o el retraso en la medicación, la administración al paciente equivocado, las alergias y efectos adversos conocidos a fármacos o el mal cálculo de la dosis son algunos de los más graves detectados.