Un bache, una señal deteriorada, pintura con baja visibilidad, una cuneta en mal estado… Todos estos factores y muchos otros pueden provocar accidentes de tráfico. Tal y como muestra el estudio de evaluación de carreteras EuroRAP, que analiza el riesgo de las carreteras europeas, el buen estado de conservación de las carreteras tiene un papel vital en la reducción de la siniestralidad. Y esa es la misión de Serveo, empresa responsable de la ejecución de operaciones de conservación y explotación en la Red de Carreteras del Estado en Zaragoza. Un equipo de 60 personas se ocupa de conservar y mantener en perfecto estado de revista los 325 kilómetros de un sector que comprende la NII Zaragoza-Fraga, N-211 Provincia Zaragoza y Huesca, N-232, A-68 hasta Alcañiz y Z-40 desde la A-23 hasta la A2. “La seguridad vial es el objetivo principal y después está el confort de los usuarios que también es importante”, afirma Javier Andrés Alvez, delegado de área de conservación de infraestructuras. 

Vigilancia 24 h

La labor de este equipo –que incluye desde ingenieros de Caminos y Obras Públicas, a operarios y personal técnico, administrativo y jurídico– incluye una función primordial de vigilancia. “De manera permanente, 365 días al año, siete días a la semana y 24 horas al día, nuestros furgones están recorriendo cada kilómetro de nuestro sector, velando porque la carretera tenga un seguridad absoluta para el usuario”, explica Andrés Alvez. Eso implica atención y señalización de accidentes o desprendimientos de taludes, detección de baches o de objetos en la carretera, repararación del firme y de la pintura para que tenga buena visibilidad, mantenimiento y la sustitución de la señalización... Y además están los puntos singulares, estructuras, puentes viaductos, túneles, la iluminación, los elementos de drenaje y cunetas que tienen que estar en perfectas condiciones para que no se produzcan inundaciones. En total se atienden en torno a 400 incidencias anualmente, con un tiempo de respuesta de entre 30-45 minutos de media y siempre menor a una hora.

Por otra parte, las particularidades del clima de esta región también impone una vigilancia extra. “En invierno en Zaragoza son muy importantes los tratamientos preventivos para evitar la formación de placas de hielo. Nuestro protocolo establece que cuando la temperatura baja de los 2 grados, se ponen en marcha los 12 camiones quitanieves de los que disponemos para echar sal o salmuera a las vías como prevención. O si hay nieve, para retirarla de las carreteras”, añade el delegado de área de Serveo.

Serveo, vigilancia de carreteras 24 h. ANGEL DE CASTRO

Tecnología al servicio de la seguridad

Nieto de un peón caminero, Javier Andrés Alvez lleva 30 años en el sector de la ingeniería y las carreteras. “Antiguamente, en tiempos de mi abuelo, un solo caminero se ocupaba de su tramo de vía, con su bicicleta, su azada y un saquito de gravilla. Luego se fue pasando al trabajo en cuadrillas y al uso de maquinaria, hasta que el Ministerio dejó de tener equipos propios y externalizó la gestión del servicio de carreteras. La manera de trabajar ha evolucionado mucho y los medios de los que disponemos cada día van a más”, explica. 

La tecnología y el proceso de digitalización están introduciendo importantes cambios en este sector, agilizando tareas, optimizando la vigilancia y, en consecuencia, la seguridad. Serveo ha desarrollado la aplicación XperTrafic que permite, a través de Google, obtener y definir la velocidad del paso de vehículos por un determinado tramo de carretera. De este modo, la app envía una alerta avisando de que en un determinado punto kilométrico se está reduciendo la velocidad de manera importante con respecto a los índices normales. “Eso nos indica que algo está pasando y nos permite enviar a la vigilancia para comprobar si ha habido algún accidente u otro tipo de incidencia, mejorando así nuestra rapidez de intervención”, señala Andrés Alvez.

Entre los proyectos de innovación también está el uso de drones para la inspección de grandes puentes, viaductos o de taludes que pueden tener riesgo de desprendimientos. Esto permite realizar una inspección con fotografías y con cámara termográfica para detectar humedad o agua en los taludes. “Además, la tecnología también está muy ligada a la seguridad de nuestros trabajadores. Para Serveo es muy importante que nuestros empleados trabajen en absoluta seguridad, pero hay un factor que no podemos controlar ni prever, que son los usuarios de la carretera. Por eso estamos desarrollando elementos que mejoren la seguridad en el trabajo”. Entre ellos está, por ejemplo, una pulsera que llevan los operarios cuando trabajan en un carril en el que se está realizando alguna reparación. Esta pulsera da la alarma si algún vehículo traspasa la barrera de conos de separación del carril cortado y les da tiempo de reacción para evitar atropellos.

Mirando al futuro

Seguir invirtiendo en innovación es uno de los objetivos en el horizonte de Serveo para esta región. En sus planes a corto plazo se encuentra el impulso de zonas de recarga de vehículos eléctricos para para el fomento de la movilidad sostenible; la instalación de paneles fotovoltaicos para el ahorro de energía en el abastecimiento de la iluminación de las vías; y el desarrollo de nuevas aplicaciones que mejoren la eficacia de las labores de conservación y mantenimiento. Tal y como afirma el delegado de área de conservación de infraestructuras, “nuestros objetivos, igual que en muchos otros sectores, pasan por la digitalización, la sostenibilidad y la descarbonización. Estamos todos en el mismo barco”.

SERVEO: NUEVO NOMBRE, MISMA ESENCIA

Serveo, la compañía conocida hasta ahora como Ferrovial Servicios, ha comenzado una nueva etapa tras la entrada de un nuevo accionista: Portobello Capital. Cambia el nombre, pero mantienen su esencia a través de la gestión de activos estratégicos en sectores esenciales (salud, energía, transporte, industria y facility management). En el sector transportes, Serveo se ocupa de la conservación, el mantenimiento y la gestión de infraestructuras críticas, entre ellas casi 5.500 km de carreteras y túneles.