La situación para un centenar de pasajeros de un ferri de la compañía Grandi Navi Veloci (GNV) que partía el domingo a las 23.40 horas de Barcelona con destino Mallorca ha sido desesperante. Caos, desesperación y desconcierto es lo que han sentido los viajeros al ver que los billetes por los que habían pagado no se correspondían con la realidad. Familias que habían reservado camarotes y butacas han pasado la noche durmiendo en los pasillos del ferri, ya que las habitaciones o butacas que habían contratado se encontraban ocupadas o canceladas en el momento de embarcar. "Hemos pagado por dos cuartos y hemos acabado pasando el viaje en el suelo", explica una de las afectadas.

Camino Cubria se marchaba de vacaciones con su familia a pasar una semana a Mallorca. Habían contratado un camarote para toda la familia para poder dormir durante el trayecto y así llegar a la isla descansados y poder comenzar sus vacaciones con energía. La sorpresa llegó cuando hace dos días la compañía le envió un correo electrónico donde se le informaba de que el camarote que había contratado quedaba cancelado. Ante esto le ofrecieron la posibilidad de anular el viaje o bien de cambiar el camarote por cuatro butacas. “Cuando recibí el correo me preocupé, pero como me ofrecían cambiarlo por unas butacas decidí aceptar. La sorpresa fue cuando nos dijeron al llegar que también todas las butacas estaban reservadas y que lo que nos podían ofrecer eran sillas de cafetería”, explica la afectada. Para su sorpresa fueron muchas las personas afectadas que se encontraban en la misma situación “éramos muchas familias las que nos quedamos sin camarote y acabamos haciendo el viaje en sillas de cafetería o en el suelo”, añade. 

Ante la situación, Cubria tiene claro que este error de la compañía, que aún no sabe a qué se ha debido, lo va a reclamar, ya que el precio que ella pagó por un camarote cuádruple para toda la familia sumaba un total de 826 euros, mientras que el tipo de pasaje con el que viajaron al final -pasaje de viajero libre sin asiento- por las mismas personas suma un total de 320 euros. “Nosotros, como tantos otros viajeros, vamos a reclamar la devolución de la diferencia del importe abonado, es decir los 500 euros de diferencia. A nosotros ya nos ha pasado y ya hemos tenido la mala experiencia, pero al menos que no le vuelva a pasar a nadie más”, comenta la mujer.

David Suc, otro de los afectados, explica que esta era la segunda vez que viajaba con esta compañía. Este hombre, residente en Palma, cuenta que en el viaje de ida a Barcelona todo fue bien, tal y como estaba previsto, pero que la vuelta a casa ha sido todo un horror. “Elegí GNV para viajar porque los precios eran más económicos que en otras compañías como Trasmediterránea o Balearia. En total pagué 191 euros por las tres butacas para al final acabar durmiendo en el suelo”. Cuando Suc entró al barco se encontró con una situación de caos. Las butacas que él tenía reservadas se las habían asignado a otras personas y al final tuvo que dormir con sus dos hijos pequeños en el suelo. “Cuando vi la situación y me di cuenta de que nadie de la compañía ni de la tripulación hacía nada decidí coger sitio en el suelo para que al menos los niños estuviesen en una zona lo ‘más cómoda’ posible”, explica. 

Sin respuesta de la compañía

Según los afectados, la compañía aún no ha dado explicaciones sobre lo ocurrido anoche en el puerto de Barcelona. Muchos son los rumores que corrían sobre qué había podido suceder. Algunas de las opciones que barajan los afectados es que hubiese ‘overbooking’, es decir, que se vendiesen más billetes de la cuenta, o bien que la compañía realizó un cambio de nave en el último momento y que la nave sustituta tuviese una capacidad menor que la que estaba prevista para el trayecto. De todas maneras, la compañía no ha dado aún explicaciones a los afectados, que siguen sin conocer el motivo del problema. “Algunos recibieron un mail diciendo que el barco lo habían cambiado y por esto el billete que tenían podían cambiarlo por otro tipo de asiento, pero no tenemos más información. Hemos llamado muchas personas varias veces al teléfono de atención al cliente y lo único que nos salta es un contestador automático que nos redirige a la web y nos indica que hagamos la reclamación desde ahí. Además, pedimos hojas de reclamaciones en el propio ferri y nos dijeron que no tenían, que se les habían acabado”, explica Cubria. 

Este diario ha intentado ponerse en contacto con la compañía GNV pero no ha logrado hablar con ella para conocer el motivo de esta incidencia.