"Al filo de lo imposible, en una operación contrarreloj, con mala mar, de noche, a 15 millas de costa y en medio de la nada". Así resume Salvamento Marítimo la operación de rescate del francés de 62 años cuyo velero volcó este lunes en Malpica y que consiguió sobrevivir gracias a la burbuja de aire que se formó bajo la embarcación.

El dispositivo de rescate, coordinado por el Centro de Salvamento Marítimo de Finisterre, el Centro Nacional de Coordinación de Salvamento en Madrid y Operaciones SAR y LCC (Lucha Contra la Contaminación), se puso en marcha a las 20.23 horas del lunes, tras recibir la alerta de la radiobaliza de la embarcación y la del propio tripulante del velero, a 14 millas de las Sisargas.

Juan Ferrer, jefe de Operaciones SAR y LCC de Salvamento Marítimo, ha narrado la operación en el Facebook del organismo. “Para nosotros ha sido muy emocionante porque hemos salvado una vida. Normalmente nuestro equipo va siempre después, cuando los operativos SAR desplazados desde los Centros de Coordinación ya no pueden hacer más. En esta ocasión ha sido distinto, porque pensábamos que podíamos salvar a alguien”, ha subrayado.

“En cuanto recibimos la llamada desde el CCS Finisterre, con Manuel Capeáns al frente, se puso en marcha un técnico de operaciones especiales de la Base Estratégica de Fene, Vicente Cobelo, con el equipo de intervención compuesto por cinco buzos de la empresa Ardentia Marine”, explica.

Con el tiempo jugando en contra, el operativo preparó el material de rescate necesario (incluidos los globos para reflotar el barco y evitar que se hundiera) y partió hacia A Coruña, donde embarcaron en la Salvamar Betelgeuse. Además de esta embarcación, también se desplegaron el buque Sar Gavia, el Helimer 402 y el Helimer 211, el helicóptero Pesca II de la Gardacostas de la Xunta y Guardia Civil.

A las 21.26 horas, el Helimer 402 avistó el velero con la quilla al sol. Sin noticias de su ocupante, se hizo descender a un rescatador para comprobar si había señales de vida. "En un principio se planteó poner unas eslingas para que la grúa del Sar Gavia lo izara, pero parecía peligroso y complicado, por lo que se optó por afianzar el velero, sabiendo que por el tipo de embarcación (de competición, con mucha flotabilidad) no se iba a hundir", relata Ferrer.

Los buzos se tiraron al agua para comprobar si había respuesta, tras lo cual afianzaron el barco con tres globos de 5 toneladas cada uno, para evitar que se moviera o se hundiera con la mala mar. Con el velero asegurado, dos buzos se sumergieron para inspeccionar: vieron la puerta del barco abierta, se asomaron y descubrieron a su ocupante con vida.

"Desde el CCS Finisterre se instruyó al Helimer 402 para que se colocara en la vertical de la embarcación auxiliar del Sar Gavia, donde subió con la ayuda de los buzos. Desde allí fue izado al helicóptero con ayuda de un rescatador y trasladado al aeropuerto de Alvedro, donde le esperababa la ambulancia". Eran las 00.35 horas.

"Salvamento Marítimo cerró así un día muy especial para todos los operativos, para todas las personas que han estado ahí, por tierra, aire y mar salvando una vida. Puede que el velero se llamara Jeanne SOLO, pero paradojas de la vida, nunca estuvo mejor acompañado: por todos nuestros profesionales de Sasemar", subraya el jefe de operaciones.