Ni la Sagrada Familia, ni la Alhambra, ni la catedral de Burgos ni ningún otro de los monumentos repartidos por toda España tendrán que apagar su iluminación cuando el martes próximo entre en vigor el decreto de ahorro energético que obligará a que edificios públicos y escaparates de los comercios queden a oscuras.

Fuentes del Ministerio de Transición Ecológica han confirmado a EFE que la iluminación ornamental de los monumentos no está incluida en las restricciones para el ahorro energético, ya que no se les considera edificios públicos en el sentido de los que están ocupados por alguna dependencia de la Administración.

De hecho la iluminación de los monumentos no figura en el decreto que desarrolla el plan de ahorro pero, desde su aprobación el pasado lunes en el Consejo de Ministros, se han suscitado dudas al respecto.

Por ejemplo, el alcalde socialista de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, advirtió de que apagar las luces de edificios como la Catedral de Santiago -dando por hecho que estaba afectada por la medida- u otros de la zona histórica de la capital gallega redundaría en menos luz en determinadas partes de la ciudad.

No ha sido el único en expresar esas dudas respecto a la iluminación ornamental de los monumentos que se han acentuado por el hecho de que el plan español va en la línea de los de otros países europeos en los que, por el contrario, sí se apagarán monumentos como la Puerta de Brandenburgo en Berlín o el Coliseo de Roma, durante unos días.