La primera sensación al entrar de la calle es buena. La cosa cambia cuando ya se lleva un rato en el interior a 27 grados, aunque los más frioleros lo agradecen. A 27 grados también en las estaciones de tren. En los comercios se han estrenado con la nueva temperatura, aunque todavía hay quien no se da por aludido. También en algunos bares se puede encontrar cierta rebeldía. Bares y restaurantes pueden aclimatar sus locales a 25 grados. Lo que a priori cumplirán todos es el apagado de escaparates a las diez de esta noche.