Segundo días después de la tragedia en el festival Medusa Sunbeach que se saldó con varios heridos y la muerte de un joven de 22 años. A pesar de la suspensión definitiva del evento, decenas de personas continúan en el municipio por distintos motivos. Porque sus familiares no podían recogerlos o porque tenían billetes o alojamientos contratados para el resto del fin de semana. Mientras tanto, se ha habilitado el Pabellón Cubierto de Cullera para que puedan dormir.

En este sentido, se ha habilitado la pista interior con colchonetas. Este lugar era, según las reuniones previas de junta de seguridad del festival, donde, en caso de alguna inclemencia climatológica (como ya pasó un año con lluvias torrenciales), se acogería a los campistas.

Uno de los autobuses que traslada a los asistentes.

Por el momento, y según ha podido saber este periódico, el Pabellón Cubierto ha acogido alrededor de 450 personas del camping en el Pabellón Cubierto Municipal. En estos momentos quedan alrededor de 140 personas, pues durante el día han ido saliendo autobuses a distintos destinos de la geografía española. Se espera, tal como indica la organización, que el último autocar evacúe Cullera a las seis de la tarde dirección a Galicia. La organización destaca la colaboración de todos los asistentes, que han tenido una actitud ejemplar.

Carmen es una de ellas. Tiene 27 años y es de Zaragoza. No ha podido salir de Cullera porque no tenía cómo, además de tener contratado un billete de vuelta, al que esperará para dejar la ciudad costera. Cuando ocurrió todo, estaba dentro del recinto.

"Nos quedamos a ciegas, había un polvo inmenso y en un momento dado se fue la luz. Nos sacaron por una salida de emergencia que había al lado de la playa"

"Nos quedamos a ciegas, había un polvo inmenso y en un momento dado se fue la luz. Nos evacuaron muy rápidamente, nos intentaron alejar de todos los lugares con objetos susceptibles de caerse y nos sacaron por una salida de emergencia que había al lado de la playa", cuenta.

"La organización ha sido muy atenta y nos ha ofrecido un lugar para poder estar y evitar el fuerte viento que todavía había ayer en la zona de acampada", señala.

El camping del Medusa, en Cullera, vacío tras la tragedia. JOAN GIMENO

Irene es de Badajoz y tiene 31 años, salía esta mañana hacia su casa. "En los momentos de pánico, nadie sabía qué hacer. Echamos de menos que la organización diera instrucciones por megafonía. Nos quedamos unos 10 minutos a oscuras. Fue un caos. Sin embargo, así como el agua tenía precios abusivos durante el festival, una vez nos trasladaron al pabellón, nos han atendido perfectamente, facilitándonos agua, refrescos y comida".

Por su parte, Luis tiene 30 años y es de Gijón. Permanece en Cullera porque tenía un apartamento alquilado y allí estará junto a sus amigos hasta mañana. Habla con Levante-EMV, diario que pertenece al grupo Prensa Ibérica al igual que este medio, mientras va a revisar el estado de su coche, aparcado en el parking oficial del festival. "Contratamos el parking para tener el coche en un lugar controlado. Ahora hemos hablado con la organización y nos han dicho que podemos tener el coche allí, de forma gratuita, estos dos días. Nos iremos mañana".

Parking del Medusa, en Cullera, este domingo por la mañana. JOAN GIMENO

Durante este domingo y, según ha podido saber este periódico, saldrán autobuses para trasladar a los últimos festivaleros a sus lugares de origen y, mientras tanto, quienes no se fueron ayer han podido pasar la noche en el Pabellón Cubierto Municipal de Cullera.