Niño Becerra vuelve a sembrar el caos entre los clientes de los supermercados

El economista ha lanzado un aviso sobre los precios de los productos básicos

Las predicciones de Santiago Niño Becerra siempre suponen un quebradero de cabeza para empresarios y personas relacionadas con las políticas económicas. Las opiniones del economista incomodan a más de uno que considera que, en muchas ocasiones, son apocalípticas.

Niño Becerra creció en popularidad tras sus intervenciones durante la crisis financiera de 2008, y en los últimos meses se ha dedicado a denunciar las contradicciones de la actual crisis de modelo originada por la guerra de Ucrania y sus consecuencias en los precios.

El economista ha vuelto a dar una opinión que no ha dejado indiferente a nadie. Esta vez, tampoco ha sido una predicción demasiado optimista, ya que afecta al precio de los alimentos: "Los precios de los alimentos van a continuar subiendo", anunciaba en un mensaje en su cuenta de Twitter en febrero.

La tendencia alcista de los precios

Niño Becerra acompañó sus predicciones con otros argumentos: "Los costes industriales asociados a los alimentos aún no se han trasladado en su totalidad". Esto indica que los consumidores podrían ver cómo los precios de los supermercados siguen subiendo, sobre todo los de los bienes de primera necesidad.

Las tendencias son distintas a las que anticipaba la vicepresidenta Nadia Calviño, cuando sostenía que los precios bajarían debido a las rebajas aplicadas sobre el IVA. Sin embargo, esto no ha sido así, ya que los datos de los precios industriales siguen una tendencia alcista y se mantienen por encima del límite.

Uno de los gráficos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que se comparten en el tuit de Niño Becerra muestra que los precios de los alimentos guardaban una diferencia de 4,6 puntos respecto al IPC. Esta separación entre ambos indicadores pronostica que el precio de venta de los alimentos aún tiene recorrido al alza por delante.

Este efecto se verá intensificado por el encarecimiento de los costes en el sector primario, los cuales se notarán en la última instancia en el bolsillo de los que acudan al supermercado.