DANA

Con los ojos puestos en el parking anegado de Bonaire

La UME trabaja a destajo para dragar el aparcamiento subterráneo y empezar a localizar e inspeccionar los coches

El parking de Bonaire ha quedado totalmente inundado

LEVANTE-EMT

Marta Rojo / Íñigo Roy

L'Horta sud es una comarca rota. El agua no ha respetado nada. Ni hogares, ni polígonos, infraestruturas ni, por supuesto, áreas comerciales. Uno de los puntos más golpeados por la avenida y el desbordamiento del barranco de la Saleta fue el centro comercial Bonaire.

Un torrente de agua engulló el centro comercial, las galerías, supermercado, parking descubierto y, especialmente el subterráneo. Solo se salvó la parte alta, donde cientos de clientes y trabajadores pasaron la noche del martes dentro de las salas de cine.

Es precisamente ahí, en Bonaire donde se están centrando ahora los esfuerzos. Concretamente, en el parking subterráneo inundado y lleno de barro. Cuando el agua llegó el centro comercial estaba funcionando a pleno rendimiento. El centro comercial tiene capacidad para 5.700 plazas de parking tanto en superficie como en subterráneo.

La preocupación del equipo de rescate desplazado hasta allí es que cuando comenzó el torrente, algunos clientes intentaran llegar a sus coches en la parte subterránea para rescatarlos.

Ahora mismo, se trabaja en evacuar y dragar toda el agua y barro posible que cubre hasta el techo el subterráneo de Bonaire.

El silencio es casi absoluto. Solo lo han interrumpido, cerca de la una, los últimos autobuses de voluntarios que han acudido al centro comercial en busca de destino -y no lo han encontrado- y los pitidos de las máquinas que bombean agua del aparcamiento subterráneo. Las dos rampas, de entrada y salida, tienen todavía agua hasta la mitad, y en una de ellas trabaja una máquina que intenta secar el fondo.

Para que el personal de la UME pueda entrar, primero es necesario que el nivel de agua lo permita, y el de dragado es un proceso que durará horas. La seguridad privada de la empresa no permite acercarse a los periodistas ni fotógrafos “por orden de la gerencia y de la Policía Nacional”. Por el resto de la extensión del centro comercial circula de vez en cuando algún coche, sobre todo furgonetas o camiones con material, pero no hay nadie caminando que no pertenezca a los trabajos de limpieza y reconstrucción. 

En aparcamientos exteriores del centro, por su parte, apenas queda algún coche, pero sobre todo una superficie extensísima de barro y ramas, consecuencia de los desbordamientos de agua.

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