DANA en Valencia

El frío agrava la precaria situación en las casas de las zonas más afectadas por la DANA

Dormir en la cocina con la estufa, cañones de calor para "secar" las paredes y ropa de abrigo son las armas que emplean los afectados de los pueblos más afectados para combatir las bajas temperaturas

Cruz Roja reparte radiadores y ropa de cama en varias viviendas de Algemesí para combatir el frío

Cruz Roja reparte radiadores y ropa de cama en varias viviendas de Algemesí para combatir el frío / CRUZ ROJA

Mónica Ros | Saray Fajardo

València | Algemesí

Pepi y Manolo tienen 80 años y duermen en la cocina de su casa, en Benetússer. Allí han colocado dos camas de 90, una estufa y una televisión para "hacer vida". Así combaten el frío, que ha entrado en sus vidas para complicarlas un poco más. "Hace un frío para morirse", dice la mujer mientras muestra su vivienda, destrozada y humedecida.

Pepi y Manolo han tenido que habilitar la cocina como dormitorio y salita en Benetússer.

Pepi y Manolo han tenido que habilitar la cocina como dormitorio y salita en Benetússer. / /

El matrimonio pasó los primeros doce días después de la tragedia en casa de sus hijos. Sin embargo, cuando limpiaron el barro de la cocina de verano (alicatada de arriba abajo) y consiguieron "adecentar" ese espacio, se trasladaron a vivir a la que ha sido (y es) su casa. La pareja ha ido comprado lo que les ha ido haciendo falta, estufa incluida. "Sin estufa no se puede estar porque hace muchísima humedad", explica. Y añade, mientras muestra los destrozos ocasionados en una casa con muebles de madera hechos por las manos expertas de su marido (ebanista de profesión): "Mi marido dice que nos vamos morir antes de ver la casa como estaba". Lo que es seguro es que si siguen vivos tras la riada del pasado 29 de octubre es gracias a su vecino, Jesús, que no dudó en rescatarlos de su vivienda, subirlos al tejado y darles cobijo.

Jesús es más joven y un hombre de acción -tras salvar la única máquina de serigrafía de su taller realiza camisetas para conseguir fondos- pero también sufre el frío. Para combatirlo ahora y para "secar" las paredes de su casa, hace semanas que emplea una estufa catalítica. Y aún con ella encendida a todas horas, día y noche, el termómetro marca 14,5 grados en la zona más "caldeada" de la casa. El resto es un congelador. "Para secar las paredes estamos usando cañones de calor. Son eléctricos pero funcionan con gasolina. El voluntariado está echando una mano con esta tarea y cada uno se busca la vida. Con las humedades que hay en las casas grandes te mueres de frío. Vamos a salto de mata solucionando prioridades: primero conseguir un colchón seco, luego una nevera, llega el frío y la urgencia es conseguir calefacción... Así vamos", explica Jesús. Él, una persona de acción y con visión, compró una estufa de segunda mano hace tres semanas. Su pareja le consigue las bombonas de gas butano, pero reconoce que el suministro no se ha incrementado. "La gasolinera que vendía las bombonas está cerrada y el camión pasa igual que pasaba antes de la tragedia: un día a la semana", lamenta.

Centinela con gorro y guantes

Felipe y Carmen también viven en Benetússer y combaten el frío con ropa. Su labor diaria consiste en abrir la casa de par en par buscando una ventilación que no pudra aún más la casa familiar. Y así, a sus 77 años, con un certificado de discapacidad que le reconoce un grado del 69% y abrigado con gorro y guantes, Felipe se pasa el día entero "vigilando" su casa mientras se ventila y espera unas ayudas que no llegan. Ninguna. Cero. "Ni los 6.000 euros super inmediatos de la Generalitat, ni los 4.000 del Gobierno que completaban la ayuda anterior, ni los fondos de Amancio Ortega", explica indignada Cris, su hija.

Radiadores contra el frío

Ante la ola de frío, Cruz Roja está entregando radiadores a una gran parte de la población de Algemesí para tratar de combatir las mínimas de cuatro grados, registradas en la localidad durante los últimos días. Para ello, desde la organización, valoran cada caso con la ayuda de Servicios Sociales. Reconocen que las mantas ahora no son tan necesarias, ya que se repartieron entre los afectados durante las primeras semanas. Por otra parte, el voluntariado también facilita ropa de cama adaptada a la época del año. "Estamos trabajando en la emergencia en Algemesí y estos episodios de frío están contemplados", señalan. Por su parte, el ayuntamiento explica que los militares también se encuentran sobre el terreno ayudando mediante la entrega de alimentos y enseres necesarios contra el frío.

El consistorio de Guadassuar también anunció hace unos días que repartirá durante estos días cerca de un millar de mantas recibidas entre las donaciones para ayudar a los afectados por la dana. Las distintas asociaciones, con la ayuda del consistorio, han clasificado la ropa de abrigo, mantas, así como las toallas y sábanas -de estas últimas hay menos cantidad - que el ayuntamiento se dispone a distribuir estos días entre aquellas familias que lo necesiten.

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