Niño Becerra, tajante sobre los perros: "He presenciado un hecho asqueroso"

En muchos municipios dejar el "regalito de tu mascota" en la vía pública está castigado con sanciones económicas

Niño Becerra, tajante sobre los premios: "He presenciado un hecho asqueroso".

Niño Becerra, tajante sobre los premios: "He presenciado un hecho asqueroso". / TV3

Eneko López Rico

El reciente post de Niño Becerra en X (antes Twitter) ha encendido el debate sobre la responsabilidad de los dueños de mascotas. Con palabras contundentes, el reconocido doctor en economía denunció una escena que muchos ciudadanos han presenciado: un perro defecando en la calle mientras su dueño se mantiene impasible. Este acto, descrito como “un hecho asqueroso”, no solo afecta la imagen de la ciudad, sino que también tiene implicaciones directas en la salud pública y la convivencia en espacios urbanos.

La conducta irresponsable de algunos dueños de perros al no recoger los excrementos de sus mascotas genera múltiples problemas. En primer lugar, se trata de un atentado contra la higiene de las calles. Los restos fecales pueden convertirse en focos de bacterias y parásitos que, en determinadas condiciones, pueden afectar tanto a otros animales como a las personas.

Además, este tipo de descuido contribuye a la degradación del entorno urbano, generando una sensación de abandono y desorden que afecta la calidad de vida de los vecinos. Por no hablar de la imagen que transmite de cara al turismo y a posibles visitantes. Una ciudad repleta de basura y excrementos no queda muy "instagrameable".

El foco en los dueños

Desde una perspectiva social, el llamado de atención de Niño Becerra pone en evidencia la necesidad de educar a los propietarios de mascotas. Tener un perro implica asumir una serie de responsabilidades que van más allá del simple acto de tener compañía.

La educación canina, entendida como el proceso por el cual se enseña a los animales a comportarse adecuadamente en sociedad, debe ir acompañada de un compromiso con el resto de vecinos. Permitir que un perro defeque en la vía pública sin que su dueño intervenga, es una muestra de negligencia que puede deteriorar la imagen de la convivencia y generar conflictos entre vecinos. Además, en muchas localidades, ya te puede costar una sanción económica si te pillan dejando el "regalito" de tu can en la vía pública.

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