La Guardia Civil recuerda: llevar esta tarjeta en tu cartera te costará una multa de 30.000 euros

Son fáciles de llevar y pasan desapercibidas al poder introducirse en la cartera o en el bolsillo. La Guardia Civil recuerda que las tarjetas convertibles en navajas son un arma y su tenencia se considera un delito, tal y como recoge el artículo 36 de la Ley de Seguridad Ciudadana.

Aunque parezcan inofensivas por su apariencia y tamaño, suponen un riesgo para la seguridad pública y aquellas personas que sean identificadas por los agentes con una de estas navajas pueden enfrentarse a multas que oscilan entre los 601 y los 30.000 euros.

La Guardia Civil ha publicado un video publicado en Instagram, donde un agente muestra una cartera de la que extrae una tarjeta, aparentemente normal que, en realidad es una navaja y que, al estar camuflada y no ser identificable por las demás personas, se convierte en riesgo para la seguridad y la convivencia.

Este tipo de "tarjeta" se transforma en un arma blanca en tres movimientos y pasa a ser un cuchillo de unos 5 centímetros. Es un arma prohibida al ser un instrumento especialmente peligroso para la integridad física de las personas, y no puede usarse como método de autodefensa.

Por ello, tanto la Guardia Civil como otras fuerzas de seguridad, tienen potestad para requisar este tipo de objetos si consideran que representan un peligro, independientemente de las intenciones de quien las lleve consigo.

Cómo funcionan

Las tarjetas navaja tienen la apariencia de una tarjeta de crédito. Está compuesta por tres partes: dos retráctiles a los lados, y una tercera en el centro que aloja la hoja extremadamente afilada.

La transformación de tarjeta a navaja se realiza en cuestión de segundos. Basta con retirar un pequeño seguro, voltear la hoja y plegar las dos partes restantes hacia el centro, de modo que encajen los salientes. En un abrir y cerrar de ojos, la inofensiva tarjeta se convierte en un arma blanca de considerable peligrosidad.